Las críticas en aulas y centros de trabajo de Cuba sobre problemas de la población no son una novedad, pero sí el incremento de episodios que, a diferencia del pasado, comienzan a difundirse pública y profusamente gracias a las nuevas tecnologías. Las críticas en aulas y centros de trabajo de Cuba sobre problemas de la población no son una novedad, pero sí el incremento de episodios que, a diferencia del pasado, comienzan a difundirse pública y profusamente gracias a las nuevas tecnologías.
El último capítulo lo protagonizaron los trabajadores cubanos de la Embajada de Alemania en La Habana, que se niegan a pagar un impuesto recientemente aprobado por las autoridades sobre las ‘gratificaciones’ extrasalariales que reciben en divisas quienes trabajan para extranjeros.
Un correo con la posición de estos empleados circula por La Habana con los motivos para la negativa, tras una semana marcada por la difusión de un vídeo en el que estudiantes de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) interpelan al presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón. Además, también ha circulado por La Habana en los últimos días otro vídeo con interpelaciones de trabajadores de empresas extranjeras al Gobierno cubano.



