El embajador de Cuba en España, Eugenio Martínez Enríquez, realizó esta mañana una llamada a los inversores extranjeros. Según su análisis, tres de los cuatro grandes problemas estructurales a los que se enfrenta la Isla pueden solucionarse con la llegada de capital foráneo, convirtiéndose así en una excelente oportunidad de negocio para quien hoy se decida a invertir. El embajador de Cuba en España, Eugenio Martínez Enríquez, realizó esta mañana una llamada a los inversores extranjeros. Según su análisis, tres de los cuatro grandes problemas estructurales a los que se enfrenta la Isla pueden solucionarse con la llegada de capital foráneo, convirtiéndose así en una excelente oportunidad de negocio para quien hoy se decida a invertir.
En concreto, según Martínez Enríquez, las grandes oportunidades se encuentran en este momento en el sector de las energías renovables, especialmente en la eólica, en el que a la Isla le gustaría llegar a un total de 4.000 millones de dólares de inversión en los próximos años; en proyectos de inversión agroalimentaria; y en aquellas empresas que prioricen la tecnificación y ahorren recursos humanos, sobre todo en proyectos de inversión que se desarrollen en zonas donde existan problemas de excesivo envejecimiento de la población o de despoblación.
Con el propósito de facilitar la llegada de estas inversiones, cuyo objetivo total situó en un 30% del PIB, el embajador quiso destacar que el Gobierno cubano ha realizado un esfuerzo por simplificar sus leyes y ofrecer una mayor seguridad jurídica a las empresas que se decidan a invertir en el país caribeño.
De esta forma, de confirmarse la llegada de estas inversiones, la Isla podría hace frente a objetivos como: conseguir que en 2030 entre un 20% y un 30% de la energía sea de carácter renovable, frente al 95% actual con origen en los hidrocarburos; lograr un crecimiento anual del 7% al poder reubicar en otros sectores a gran parte de la población laboral que en la actualidad se dedica a la agricultura dada su baja productividad (este sector ocupa a un 25% de la fuerza laboral, pese a producir tan sólo un 4% del PIB); e incrementar la tasa de natalidad.
Respecto al cuarto gran desafío estructural que enfrenta el país, que es el de la dualidad monetaria y cambiaria, el embajador quiso señalar que debido a su enorme complejidad, no se ha podido solucionar pese al anuncio de un proyecto al respecto hace ya dos años. No en vano, destacó que esta dualidad dura ya 20 años, «más que en cualquier otro país del mundo»; pero que, no obstante, dicha solución llegará «como llegó el Desembarco de Normandía». Es decir, sin previo aviso, quizá cuando menos se la espere, pero con una ejecución fulminante.
Martínez Enríquez completó su análisis señalando otros desafíos a los que se enfrenta la economía cubana como equilibrar su balanza de pagos, ya que se ha incrementado mucho la expertación de algunos servicios como los médicos, mientras se han contraído las importaciones; generar una mayor motivación por el trabajo en base a incentivos privados; lograr una mayor distribución de los ingresos, ya que fenómenos como el envío de remesas están generados desigualdades desconocidas en la Isla; mejorar la red de infraestructuras; o resolver la cuestión de la deuda.
Según señaló, esta última resulta también vital para la economía de la Isla, ya que «la economía cubana crecería bien si no fuese por la deuda», declaró. Sin embargo, se encuentra ya más encaminada al «estarse llevando a cabo una serie de acuerdos». Lo mismo sucedería con la serie de reformas que se están realizando para lograr una mayor participación del sector privado en la economía, si bien combinada con un mayor poder de decisión de los trabajadores.
En este sentido, el embajador cubano estimó que en algunos sectores, como el de la restauración, los cambios serán de tal magnitud que se podra pasar de que 9.000 restaurantes sean propiedad del Estado a 300. La diferencia que existe entre ambas figuras pasará a estar gestionados por autónomos, como se conocen en España, o cuentapropistas según la terminología cubana.
Aún así, pese a que según su análisis, la Isla ya ha realizado avances en relación con este segundo grupo de desafíos, también existirían oportunidades de inversión. Por ejemplo, a la hora de invertir en banda ancha ya que, aunque la la principal compañía de telecomunicaciones sea «estatal 100% y no se contemple la venta de acciones», sí están abiertos a colaboraciónes en materia de software.
Y por lo que respecta a otras infraestructuras, las oportunidades serían aún más amplias ya que el Gobierno de la Isla prevé apostar por el ferrocarril que «requiere mucha inversión, pero es el que mejor resultado dará según nuestros estudios».
En este sentido, Martínez Enriquez quiso destacar que le llama la atención que, mientras que la presencia de las empresas españolas en sectores como el turístico está en relación con lo que corresponde al peso histórico de España en la Isla, en sectores como el de las constructoras está ausente; en contraste con lo que sucede con Francia, por ejemplo.
Respecto a la aunciada visita de Guindos a Cuba para el mes de julio, el embajador cubano señaló que se le tratará «como corresponde a su cargo», al igual que, según indicó, había sucedido con las visitas de Margallo y García Legaz. Además, destacó que «existe una comunicación adecuada entre ambos gobiernos. Tenemos un vínculo especial y no mediría las relaciones especiales por quién visite o deje de visitar nuestro país».
Para finalizar, señalar que este encuentro con el embajador cubano en Madrid estuvo patrocinado por Tabacalera y fue organizado por el Club Diálogos para la Democracia. El presidente de esta última organización, Antonio Gavilanes Dumont, fue el encargado de introducir el acto y realizó una doble petición: «al próximo presidente español, que en definitiva sólo pueden ser dos, Rajoy o Pedro Sánchez, sólo le pediría que llevase un avión lleno de empresarios a Cuba»; señaló en primer lugar. No obstante, Gavilanes Dumont, quiso completar su petición solicitando también al Rey que realizase una visita oficial a la Isla ya que al no haberla visitado aún como tal Jefatura del Estado, se convierte en una ausencia que puede llamar la atención. Más aún en estos días en que se suceden las visitas de Estado, o anuncios de ellas, de otros homólogos como Hollande o el Papa.
