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Larry Nussbaum se asegura un papel clave en el comercio entre Cuba y EE.UU.

La empresa estadounidense Internation Port Corp (IPC), con sede en Miami y dedicada a las operaciones de transporte marítimo y de logística, se ha convertido en la primera de este país en abrir una oficina en Cuba. La empresa estadounidense Internation Port Corp (IPC), con sede en Miami y dedicada a las operaciones de transporte marítimo y de logística, se ha convertido en la primera de este país en abrir una oficina en Cuba. Allí, se espera que sirva como plataforma de lanzamiento para otras líneas de negocio, así como filiales de otras compañías.

De hecho, según ha informado The Wall Street Journal, ejecutivos de 18 empresas estadounidenses ya habrían visitado diversas instalaciones de embarque marítimo en Cuba y su conclusión ha sido clara: existe potencial para que la Isla se convierta en el gran centro de logística de toda la región.

Por ello, ya habrían empezado las reuniones con socios potenciales, como ProCuba, organismo encargada de la promoción del comercio exterior y la inversión en el país caribeño. No obstante, es IPC quien parte en una mejor posición ya que, antes incluso del restablecimiento de relaciones, el 10 de julio del 2012, comenzó sus operaciones con la Isla.

Entonces, el barco “Ana Cecilia” realizó un viaje humanitario, gracias a la primera licencia de ese tipo concedida por la OFAC, saliendo directamente del río de Miami hacia la Bahía de la Habana en el que fue igualmente el primer viaje de ese tipo entre los dos países en 50 años. Más adelante sería la primera compañía autorizada por la administración estadounidense a realizar el transporte de pasajeros.

No en vano, el dueño y presidente de la empresa Larry Nussbaum es considerado un experto en las regulaciones de la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros, por sus siglas en inglés), que depende del Departamento del Tesoro. Además, mantiene relaciones comerciales con la Crowley Maritime Corporation, la 13ª compañía de Florida, con ingresos de más de 1.800 millones de dólares.

Por ello, pese a no haber recibido aún la autorización del Gobierno cubano para el transporte de pasajeros, como por otra parte aún no ha conseguido ninguna compañía; IPC ya desarrolla operaciones en el país caribeño que incluyen la instalación de una oficina, espacio de almacenamiento, contratar a seis empleados, tener un servicio de abogados y cuenta bancaria.

Y es que como ha declarado el propio Nussbaum: «Las oportunidades son enormes. Ahora necesitamos que la legislación estadounidense permita a compañías como la mía, hacer legalmente más cosas en Cuba». Una petición clara de que su Gobierno ponga fina al embargo que el ejecutivo reforzó al señalar que éste «impide la compra a crédito de bienes de origen estadounidense» de la que, en último término, «dependerá el crecimiento de mi negocio».

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