Los problemas de liquidez que desde hace meses se han agravado en Cuba con la crisis financiera internacional han devuelto la preocupación a los empresarios con intereses en la Isla, que observan como aún no pueden repatriar cientos de millones de dólares de sus cuentas locales, casi un año después de que las autoridades las bloquearan. Los problemas de liquidez que desde hace meses se han agravado en Cuba con la crisis financiera internacional han devuelto la preocupación a los empresarios con intereses en la Isla, que observan como aún no pueden repatriar cientos de millones de dólares de sus cuentas locales, casi un año después de que las autoridades las bloquearan.
Pese a los esfuerzos de los hombres de negocios, las explicaciones no aparecen, lo que ha generado un sinfín de rumores entre los que destaca que el Gobierno de Raúl Castro podría tratar de cerrar las cuentas con un descuento o preparar un plan de pago a tres años. Las empresas extranjeras deben operar en el país utilizando el CUC, equivalente a 1,08 dólares estadounidenses y 24 veces al peso cubano, depositándolos en los bancos estatales, donde se encuentran disponibles como divisas para las transferencias o su retiro. El pasado mes de julio, las autoridades permitieron el acceso a estas cuentas, a condición de que los empresarios continuasen haciendo negocios en la Isla, además de ampliar la fecha de los pagos de los 360 días hasta los 720 días.
Sin embargo, todo parece indicar que el empeoramiento de la situación económica ha revertido este paso adelante dado por las autoridades hace tan sólo un par de meses.
Según los rumores, algunos hombres de negocios con intereses en la Isla aseguraban que el Comité de Aprobación de Divisas (CAD), un órgano creado en 2005 para llevar a cabo la aprobación de las operaciones de gasto que tenía que realizar el Banco Central, sin llegar a ser disuelto, había ido dejando de operar paulatinamente. Una circunstancia que hace temer a los proveedores que los presuntos pagos que deberían haberse realizado a cambio de los suministros entregados y que, en teoría, los importadores habrían depositado en las cuentas, no llegaron a hacerse.