Las cosas han cambiado mucho en Cuba y no sólo desde el punto de vista del liderazgo político o la presunta apuesta por la apertura económica de sus actuales dirigentes. Las cosas han cambiado mucho en Cuba y no sólo desde el punto de vista del liderazgo político o la presunta apuesta por la apertura económica de sus actuales dirigentes. En los últimos años ha surgido un grupo de modelos, diletantes, músicos, artistas e intelectuales que protagonizan la actualidad de la intensa noche habanera. Entre sus miembros más significados destacan algunos jóvenes con apellidos históricos. Algún hijo de Fidel y el Che Guevara, por ejemplo.
Son Alejandro Castro Soto del Valle y Camilo Guevara, el ingrediente imprescindible de cualquier fiesta habanera que se precie. Líderes de una suerte de izquierda exquisita sin puestos en la jerarquía de poder, pero con capacidad para convertirse en la aristocracia del futuro de la Isla y en objeto de las revistas del “corazón”.
