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Kirby JONES Presidente de la Asociación Comercial Cuba-EEUU

En declaraciones a Cuba Económica, el presidente de la Asociación Comercial Cuba-EEUU, Kirby Jones, asegura que la posibilidad de que el Tesoro de EEUU permita a La Habana comprar alimentos a empresas norteamericanas con cartas de crédito de bancos de terceros países es casi una broma, sobre todo con la limitación aparejada de que el volumen de las transacciones tenga un límite máximo de 250 millones de dólares. En declaraciones a Cuba Económica, el presidente de la Asociación Comercial Cuba-EEUU, Kirby Jones, asegura que la posibilidad de que el Tesoro de EEUU permita a La Habana comprar alimentos a empresas norteamericanas con cartas de crédito de bancos de terceros países es casi una broma, sobre todo con la limitación aparejada de que el volumen de las transacciones tenga un límite máximo de 250 millones de dólares. En su opinión, las limitaciones a este comercio que la Isla tiene que abonar en efectivo, no sólo perjudican a la mayor de las Antillas. También se constituyen en una gran desventaja competitiva para el sector agroalimentario estadounidense que en 2008 ha perdido cuota de mercado en la Isla en favor de Vietnam, China y Canadá.

-El Tesoro acaba de anunciar que permitirá que Cuba compre alimentos en EEUU con cartas de crédito de terceros países, para ayudar a la Isla a superar los efectos de los huracanes. ¿Cuál es su opinión al respecto?

-Ese anuncio resulta bastante irónico y no aporta nada nuevo. El comercio bilateral entre Cuba y EEUU en el sector agroalimentario es legal desde 2001 y ha tenido una evolución creciente. Al menos, hasta ahora. La Isla lleva ocho años, como he dicho, comprando alimentos a las empresas estadounidenses y lo que ha ocurrido en 2008, antes del impacto de los huracanes es tan sencillo como que la subida de los precios y la imposibilidad legal que tienen las compañías de este país de hacer ventas a crédito ha permitido que competidores como Vietnam o China, en el caso del arroz, o Canadá, en el trigo, hayan arrebatado cuota de mercado a suministradores estadounidenses con relaciones comerciales muy bien establecidas. Los cubanos tienen que pagar en efectivo cuando compran en EEUU y ese detalle cuenta mucho en momentos de crisis y de subidas de precio. De hecho, con esta actitud, Washington también perjudica a las empresas norteamericanas.

-¿Qué posibilidades tiene la economía cubana de recuperarse con rapidez del impacto de Ike y Gustav?

-Los huracanes han hecho mucho daño, sin duda, y quizá puedan truncar la evolución de la economía cubana que llevaba unos cuantos años con una evolución positiva y mantenía una clara tendencia al progreso, incluso en este ejercicio que es muy complicado para todos los países del mundo. El desastre ha sido tremendo. Afecta incluso a los sectores como el níquel o el tabaco que son parte fundamental de la capacidad exportadora de la Isla. Y también está el problema de los alimentos que complica directamente la vida de la población. Hay más de 4.000 toneladas de estos productos que han sido destruidas por Gustav e Ike. Con una catástrofe humanitaria de esta magnitud todavía resulta más paradójico e incomprensible que EEUU haya ofrecido ayudas directas de unos pocos millones de dólares, mientras mantiene el embargo comercial que va a complicar la situación a los habitantes del país. Ni siquiera se han planteado una solución humanitaria como, por ejemplo, haber levantado el embargo parcialmente hasta que las condiciones hubieran mejorado.

-En su opinión, ¿qué puede esperar Cuba del próximo presidente de EEUU, en lo que respecta a las relaciones bilaterales? ¿Cambiarán las cosas con Mc Cain o con Obama?

-Pues quizá no mucho, pero hay matices, claro. Si el ganador de las próximas elecciones es Mc Cain no es probable que haya ningún cambio. El candidato republicano va a mantener las cosas como las ha dejado Bush. De hecho, su política para Cuba, bebe de las mismas fuentes que la del presidente actual. El programa es el mismo y los asesores son los mismos. La esperanza sería una victoria de Barack Obama. Con él sí habría cambios, aunque no espectaculares. No se levantaría definitivamente el embargo, por lo menos en el primer mandato. Pero Obama sí ha prometido cosas y las ha prometido en Miami, en el centro del anticastrismo. Ha prometido que suavizará las reglas que limitan los viajes a la Isla y los envíos de remesas y, es probable que lo haga. Además, el candidato demócrata, también ha asegurado que está dispuesto a conversar con los representantes de los estados con los que EEUU mantiene diferencias y, eso incluye abrir la puerta a un posible diálogo directo entre Washington y La Habana.

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Kirby JONES Presidente de la Asociación Comercial Cuba-EEUU

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