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Kirby JONES Presidente de la Asociación Comercial Cuba-EEUU

Con permiso... Tres preguntas

La Asociación Comercial Cuba-EEUU es una organización compuesta por una treintena de empresas estadounidenses, como las multinacionales Caterpillar o Cargill, y en cuya junta de asesores aparecen nombres como el del ex secretario adjunto de Estado Williams D. Rogers, el ex director de la CIA James Schlesinger, o el influyente David Rockefeller. Su misión es luchar por la eliminación de las restricciones que impone Washington al comercio con la isla. En declaraciones a Cuba Económica, el presidente de esta asociación, Kirby Jones, se muestra convencido de que es inútil hablar con Bush sobre este asunto. La Asociación Comercial Cuba-EEUU es una organización compuesta por una treintena de empresas estadounidenses, como las multinacionales Caterpillar o Cargill, y en cuya junta de asesores aparecen nombres como el del ex secretario adjunto de Estado Williams D. Rogers, el ex director de la CIA James Schlesinger, o el influyente David Rockefeller. Su misión es luchar por la eliminación de las restricciones que impone Washington al comercio con la isla. En declaraciones a Cuba Económica, el presidente de esta asociación, Kirby Jones, se muestra convencido de que es inútil hablar con Bush sobre este asunto.

-¿Hay algún indicio de que Washington vaya a eliminar, en el corto o el medio plazo, algunas de las restricciones impuestas a Cuba?

-El proceso de cambio es muy largo. La Asociación está intentando buscar todos los apoyos posibles para conseguir que los esfuerzos que se están realizando en las Cámaras para imponer esos cambios den resultados. Lograr un cambio significativo va a ser muy difícil porque la Administración quiere mantener a toda costa el embargo. Tiene esa política desde hace 45 años y es complicado que de un giro. Nosotros, además, también nos encargamos de ayudar a las empresas que quieren comerciar con Cuba. En la XXIII Feria Internacional de La Habana que se celebró la pasada semana, las compañías estadounidenses firmaron contratos por valor de 300 millones de dólares (254 millones de euros), lo que significa que el comercio entre ambos países aumenta. En estos momentos, hay muchos miembros del Congreso y empresas que están luchando para asegurarse de que se facilite el comercio con Cuba. Hay un gran interés en la comunidad empresarial de EEUU por que se eliminen todas las restricciones vigentes a este intecambio.

-¿Cree que sería más fácil avanzar hacia el final del embargo con otra Administración que no esté encabezada por Bush?

-Claro. Conversando con Bush no vamos a conseguir nada. No sólo mantiene una postura firme contra su eliminación sino que lo más importante es que entre los nuevos nombramientos del Departamento de Estado hay cubano americanos muy radicales que están a favor del bloqueo. Con otro presidente y con otro staff seguro que sí sería posible un cambio. No tiene sentido la situación actual: estamos haciendo negocios con todos los países del mundo menos con Cuba, mientras todos los países del mundo mantiene relaciones con Cuba menos EEUU. ¿Quién pierde? Nosotros. Sin las restricciones impuestas por Washington, la cifra de negocio podría ser mayor de 800 millones de dólares (677 millones de euros) al año. En 2004, el comercio entre EEUU y la isla ascendió a 500 millones de dólares (423 millones de euros) y este año vamos a llegar a la misma cifra, lo que representa un gran avance respecto a los últimos cuatro años. Ahora Cuba es el mercado número veinticinco para los productos agrícolas de EEUU y básico para productos como el trigo o el pollo.

-¿Hay otros sectores económicos estadounidenses que no sean agrícolas que estén interesados en que se elimine el embargo y que lo pidan explícitamente?

-Hay sectores interesados, lo que no significa que trabajen en el terreno político para conseguir el fin del embargo. No son muy activos. Cuba ofrece grandes oportunidades a las empresas turísticas, de viajes y también del sector energético. En estos momentos, las autoridades de la isla han puesto en marcha un programa para explorar en el Golfo. Empresas españolas, canadienses, chinas e indias participan en estos proyectos a través de la creación de joint ventures. Y no hay ninguna empresa estadounidense, cuando las exploraciones se están realizando a menos de 100 millas de EEUU y es un mercado natural para las compañías energéticas estadounidenses. De hecho, en febrero, las autoridades cubanas del sector de la energía y las petroleras estadounidenses van a mantener un encuentro en México. Será la primera vez desde que comenzó el embargo que tengan la oportunidad para explorar la posibilidad de hacer negocios. Hay mucho interés también, por ejemplo, en el níquel. EEUU no tiene yacimientos de este metal.

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