Tras concluir el 15 de noviembre un vasto proceso de consulta popular en el que los cubanos, incluso los residentes en el extranjero, pudieron emitir sus criterios para añadir, modificar o eliminar asuntos dentro del proyecto de nueva Constitución, ahora todos están pendientes de los cambios que sin dudas debe sufrir el documento.
Tras concluir el 15 de noviembre un vasto proceso de consulta popular en el que los cubanos, incluso los residentes en el extranjero, pudieron emitir sus criterios para añadir, modificar o eliminar asuntos dentro del proyecto de nueva Constitución, ahora todos están pendientes de los cambios que sin dudas debe sufrir el documento.
Según lo previsto, una comisión creada al efecto deberá cotejar todas las opiniones en un nuevo texto que será sometido al parlamento en la última sesión del año, y ese, que sería el definitivo, deberán refrendarlo o no mediante referendo todos los ciudadanos con derecho al voto, el 24 de febrero de 2019, si no se altera el calendario.
En miles de asambleas a nivel de vecindario o en universidades, centros de trabajo e instituciones, los cubanos han dado opiniones de todos los colores, pues no ha habido debates ni votaciones, sino que se han recogido por igual todas las propuestas.
Y aunque una parte de los asistentes solo han sido simples espectadores por desidia o por falta de preparación, otros muchos han manifestado serios criterios ?incluso antagónicos-, sobre temas tan variados como el matrimonio igualitario, la figura del Presidente de la República, el papel de los tribunales, la propiedad privada o el derecho de los cubanos a invertir capital en la economía, entre otros muchos.
