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Asamblea General de la ONU

Cuba emplaza al mundo a unirse para encarar desafíos globales

Díaz-Canel reiteró que la administración de Joe Biden mantiene el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto hace más de 60 años contra Cuba.

El presidente cubano Miguel Díaz-Canel (I) y el primer secretario del Partido Comunista Cubano, Raul Castro (D), el 1 de mayo de 2019, en La Habana

Moralmente impostergable: así definió Cuba la urgencia de unir esfuerzos y voluntades para encarar los desafíos que encara la humanidad, al intervenir en la cita cumbre de la política internacional, la Asamblea General de la ONU.

En un mensaje previamente grabado, el presidente Miguel Díaz-Canel aprovechó la plataforma para ratificar viejas reivindicaciones, apuntalar alianzas estratégicas y lanzar varios dardos contra su principal antagonista internacional, el Gobierno de Estados Unidos.

El mandatario acusó a Washington de promover «un peligroso cisma internacional», mediante extorsiones, amenazas y presiones a Estados soberanos.

«(EEUU) exige a sus aliados construir coaliciones para derrocar gobiernos legítimos, incumplir compromisos comerciales, abandonar y prohibir determinadas tecnologías, y aplicar medidas judiciales injustificadas contra ciudadanos de los países que no se les someten», denunció.

Díaz-Canel reiteró que la administración de Joe Biden mantiene el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto hace más de 60 años contra Cuba, y recrudecido en el mandato de Donald Trump con 243 nuevas medidas de coerción.

«En ese contexto se lanza contra nuestro país una guerra no convencional, a la que el gobierno estadounidense dedica de manera pública y notoria fondos multimillonarios, mediante campañas de manipulación y mentiras», denunció el jefe de Estado.

De hecho, el Gobierno de Cuba achaca a dicha estrategia las protestas populares del pasado 11 de julio, que generaron los peores disturbios en la isla en casi tres décadas.

«Todo lo han hecho para borrar a la Revolución cubana del mapa político del mundo. No aceptan alternativas al modelo que conciben para su patio trasero. Su plan es perverso e incompatible con la democracia y la libertad que preconizan», señaló el gobernante.

VOLUNTAD SOLIDARIA

Si bien el escenario es adverso, Díaz-Canel afirmó que los «colosales desafíos» no amilanan a Cuba, que confirma su vocación solidaria en la lucha contra la pandemia de covid-19, con el envío de unos 4.900 profesionales de la salud a 40 países que solicitaron apoyo médico.

«Practicamos la solidaridad desinteresada con los que necesitan de nuestro apoyo y también la recibimos agradecidos de gobiernos, pueblos, amigos y de la comunidad cubana en el exterior», enfatizó el presidente cubano, quien rindió tributo al personal sanitario de su país.

Para el mandatario, estos «héroes cotidianos» se consagran a la misión de salvar vidas, de ahí que su candidatura al premio Nobel de la Paz ya cuente con un amplio respaldo internacional.

«Igualmente nos enorgullece la comunidad científica cubana que en medio de enormes carencias, creó tres vacunas y dos candidatos vacunales contra la covid-19», resaltó Díaz-Canel, quien adelantó que la meta es inmunizar a toda la población antes de que termine 2021.

FIDELIDAD INTERNACIONAL

Como es habitual, la presentación de Cuba ante la Asamblea General de la ONU constituyó un espaldarazo a sus aliados históricos, con muchos de los cuales comparte un enemigo común: Estados Unidos.

En esa cuerda, Díaz-Canel abogó por una región latinoamericana y caribeña económica y socialmente integrada, y capaz de defender su estatus de zona de paz «frente a las pretensiones de reimponer la Doctrina Monroe», aquella que proclama América para los (norte)americanos.

«Nos oponemos a los intentos de desestabilizar y subvertir el orden constitucional y la unión cívico-militar y destruir la obra iniciada por el comandante Hugo Chávez y continuada por el presidente Nicolás Maduro a favor del pueblo venezolano», enfatizó el líder cubano.

Además, reiteró el respaldo de Cuba al pueblo nicaragüense y su Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, dirigido por el comandante Daniel Ortega, y reivindicó el derecho de Puerto Rico a la independencia, y de las naciones del Caribe a un trato justo, especial y diferenciado.

También secundó a Argentina en su reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, reiteró el compromiso con la paz en Colombia, rechazó la injerencia en Siria, así como las sanciones unilaterales contra Irán o Corea del Norte.

Díaz-Canel reclamó una solución justa, amplia, integral y duradera al conflicto en el Oriente Medio, que pasa por el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos usurpados, y reafirmó la «invariable solidaridad» de Cuba con el pueblo saharaui.

Amén de reivindicar el principio de «Una Sola China», rechazó las amenazas de la OTAN contra Rusia y la intromisión extranjera en los asuntos internos de Belarús.

Por último, citó a Afganistán como ejemplo de que no se puede prevenir ni combatir el terrorismo con bombas, y que donde interviene Estados Unidos se incrementan la inestabilidad, las muertes, el sufrimiento y quedan cicatrices perdurables.

«Ratificamos la determinación de Cuba de continuar exponiendo con claridad sus verdades, por mucho que molesten a algunos, de defender principios y valores en los que creemos», concluyó Díaz-Canel, cuya intervención fue ovacionada por el plenario.

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