En la calle se confirma que el verdadero pulso de la nación no lo marcan los discursos oficiales, sino la paciencia de su gente. El apagón, lejos de ser una sorpresa, se ha convertido en una cita ineludible. Quien vive en Cuba sabe que en cualquier momento tendrá que esperar a que regrese la luz.
El verbo resolver pierde terreno ante un día a día que gira en torno a la resignación y la paciencia
La canasta básica refleja bien esa realidad. Como en tiempos coloniales, cuando los periódicos anunciaban la llegada de los bergantines con provisiones, hoy los cubanos aguardan el noticiero para saber qué barco atracó en puerto y qué productos trae: arroz, harina o azúcar.
Pensiones que no alcanzan
El aumento de pensiones para 1,5 millones de cubanos fue anunciado como un alivio. La cifra máxima ronda los 4.000 pesos cubanos, un ingreso que apenas equivale al precio de un cartón de 24 huevos en el mercado privado, donde supera los 3.000 pesos.
La pensión máxima en Cuba apenas cubre la compra de un cartón de huevos en el sector privado
La desconexión entre el discurso oficial y la realidad se refleja en cada hogar. Lo que entra en la cuenta bancaria se esfuma en cuestión de horas frente a los precios de los alimentos más básicos.
Comparación de precios en Cuba
| Producto | Precio medio en sector privado (CUP) | % de la pensión máxima (4.000 CUP) |
|---|---|---|
| Cartón de 24 huevos | 3.000 | 75% |
| 1 kg de arroz | 450 | 11,2% |
| 1 kg de harina de trigo | 500 | 12,5% |
| 1 litro de aceite vegetal | 1.200 | 30% |
Remesas y medicamentos, la otra espera
Para muchos, las remesas se han convertido en un salvavidas. Un sistema informal permite que, en menos de 24 horas, alguien toque la puerta con la entrega de dólares o euros enviados desde el extranjero. Una práctica que sobrevive a las restricciones de La Habana y las sanciones de EEUU.
Pero la espera más angustiosa es la de quienes buscan medicamentos. Pacientes con enfermedades crónicas, incluidos oncológicos, enfrentan desabastecimientos prolongados. En este terreno, esperar puede convertirse en una condena.
La escasez de fármacos convierte la espera en un drama para miles de pacientes
Una nación atrapada en la espera
La vida cotidiana en Cuba confirma el refrán: quien espera, desespera. En medio de apagones, inflación y falta de medicinas, la paciencia se ha transformado en la moneda más valiosa. Y lo más duro es que, para muchos, no queda otra opción que seguir esperando.



