«La parte rusa expresó su solidaridad con el liderazgo y el pueblo de Cuba, y el pleno apoyo a los esfuerzos para devolver la situación a la normalidad lo antes posible», dice el comunicado en la web del ministerio.
En la reunión, el embajador se pronunció sobre la evolución de la situación en Cuba y en torno a esta, así como sobre las medidas tomadas por el Gobierno cubano para garantizar el orden público en el país.
Asimismo, el vicecanciller y el embajador discutieron temas de actualidad de la cooperación bilateral ruso-cubana.
«Expresaron la mutua confianza en la pronta normalización de la situación, enfatizaron el rechazo a la intromisión externa y otras acciones destructivas que pongan en riesgo la estabilidad de Cuba», dice el comunicado.
El domingo, La Habana y otros municipios de la isla fueron escenarios de protestas y disturbios calificados de reclamos populares por algunos y vandalismo por otros.
Los principales reclamos de los manifestantes iban dirigidos a la falta de medicamentos, los desabastecimientos de productos de primera necesidad, y el rechazo a las tiendas que venden sus productos en divisas fuertes, una medida adoptada hace algunos meses y que desde siempre ha tenido un carácter impopular, a pesar de las explicaciones del Gobierno.
A su vez, el Gobierno cubano cuestionó la «espontaneidad» de estas protestas, toda vez que coincidieron en el tiempo -algunas de ellas al unísono, a pesar de la distancia geográfica-, y que respondían a llamados e incitaciones hechos desde las redes sociales desde dentro y fuera del país, fundamentalmente desde la ciudad de Miami, al sur de EEUU.