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Puede darse la paradoja de que sea George Bush quien reactive al sector cubano del azucar

En 15 días...

La denuncia realizada por el presidente George Bush en su último discurso sobre la fatal adicción al petróleo de los ciudadanos estadounidenses y su reconocimiento de que empieza a resultar necesario buscar nuevos combustibles que sustituyan a las actuales gasolinas ha situado a Cuba en un inesperado lugar protagonista. La denuncia realizada por el presidente George Bush en su último discurso sobre la fatal adicción al petróleo de los ciudadanos estadounidenses y su reconocimiento de que empieza a resultar necesario buscar nuevos combustibles que sustituyan a las actuales gasolinas ha situado a Cuba en un inesperado lugar protagonista.

De hecho, por tradición y por experiencia, la Isla está preparada para convertirse si llegara el caso en uno de los países del mundo más activos en la producción del etanol, una de las pocas fuentes alternativas de energía que ya han probado su eficacia para impulsar los vehículos de transporte. El bagazo de la caña de azúcar es, junto al de maíz, una de las materias primas más utilizadas para obtener este alcohol del que, por el momento, Brasil es el máximo exportador mundial y la mayor de las Antillas se encuentra en unas condiciones perfectas para suministrar la materia prima necesaria para alimentar las plantas de producción del área.

En la Isla ya se han realizado algunos proyectos y se ha producido etanol, aunque los resultados se hayan movido más en las cercanías de los ámbitos académicos que en los sectores relacionados con la industria.

Sin embargo, si EEUU lleva de verdad a cabo el plan de sustitución del combustible, se abriría un horizonte completamente nuevo para el etanol. Y hay empresas estadounidenses con contacto establecido con Cuba, gracias a las ventas autorizadas de alimentos que están en la industria de este bio-combustible. Como Archer Daniels Midlands, por ejemplo, que opera en plantas situadas en Jamaica y Trinidad y Tobago y consiguen introducir el producto en EEUU sin aranceles, una clara ventaja competitiva sobre el etanol brasileño que soporta unas tasas del 5%. Sería curioso que, al final, el salvador de la caña de azúcar cubana, una actividad en la que Cuba ha tenido que reducir en un 62% las tierras que dedicaba a este cultivo y reciclar a gran parte de los trabajadores que vivían de ella, fuera el mismísimo George Bush.

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