En declaraciones a Prensa Latina, Rodolfo Benítez, representante alterno de Cuba frente a la Organización de Naciones Unidas (ONU), asegura que los países desarrollados son los responsables del estancamiento de las negociaciones sobre el cambio climático y va a serlo también de la falta de resultados concretos de la próxima Cumbre de Copenhague. En declaraciones a Prensa Latina, Rodolfo Benítez, representante alterno de Cuba frente a la Organización de Naciones Unidas (ONU), asegura que los países desarrollados son los responsables del estancamiento de las negociaciones sobre el cambio climático y va a serlo también de la falta de resultados concretos de la próxima Cumbre de Copenhague. En opinión de Benítez estos retrasos van a tener un efecto directo en el futuro sobre las perspectivas de desarrollo de buena parte de la humanidad. Para el político cubano en los asunto de carácter global como éste, la autoridad de la ONU no debe ser suplantada por otros grupos exclusivos de países.
-¿Cuál es la opinión de Cuba sobre las malas expectativas con las que parece que van a encontrarse los participante de la cumbre de Copenhague?
-Cuba, desde luego, responsabiliza a los países desarrollados por el estancamiento de las negociaciones que tendrían que haberse producido para encarar con éxito la próxima cumbre de Copenhague sobre cambio climático. La razón de esa situación está, en nuestra opinión, en la falta de voluntad política de esos Estados para comprometerse a reducir sus emisiones de gases contaminantes. Esas disminuciones deben realizarse en proporción a sus responsabilidades históricas y actuales y de conformidad con los parámetros sugeridos por las evaluaciones científicas. Tenemos, por lo tanto que mostrarnos críticos con la renuencia de las naciones industrializadas a aportar los recursos y tecnologías necesarios para que los países en desarrollo se enfrenten con garantía de éxitos a los fenómenos relacionados con el cambio climático.
-¿Consideran entonces que, de nuevo, estaremos ante una buena ocasión perdida?
-Para nosotros resulta lamentable que haya ahora, cuando la cita está tan cerca, tan pocas posibilidades de conseguir en Copenhague los resultados que la mayoría espera y también la nueva posposición de los compromisos vinculantes concretos que se reclaman. En Cuba tenemos claro que la manera en que nos enfrentemos el cambio climático hoy tendrá un efecto directo sobre las perspectivas de desarrollo de una gran parte de la humanidad en el futuro. No obstante, no se debe ser completamente pesimista, un acuerdo justo y balanceado sobre el cambio climático todavía es posible, siempre que el proceso de negociación se encare con una nueva actitud política. Por eso nosotros consideramos que crucial el papel de Naciones Unidas en el seguimiento de las grandes conferencias en el actual contexto de múltiples crisis mundiales en especial en los campos económico y financiero.
-¿Creen entonces que la ONU es el marco más adecuado para estas negociaciones globales?
-Claro, la autoridad de la ONU no puede ser suplantada por clubes exclusivos de países que intentan tomar en sus manos las riendas del proceso de toma de decisiones internacionales en materia económica y financiera. Hoy, como nunca antes, la voz de todos los Estados, especialmente de los más pequeños y pobres, debe ser debidamente escuchada y atendida. Por eso hemos dado nuestro respaldo a la reunión plenaria de alto nivel de la Asamblea General, prevista para 2010, para el seguimiento a los compromisos asumidos hace 10 años en la Declaración del Milenio. Esa cita debe servir para un análisis profundo de las causas raigales de la persistencia de la pobreza y el subdesarrollo y proponer medidas concretas y alternativas viables hacia su erradicación. También son importante para nosotros las citas previstas para debatir el desarrollo sostenible de los pequeños Estados insulares.
