Díaz-Canel ha aludido a las últimas protestas en el discurso de clausura del III Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), en el que ha vuelto a criticar a quienes buscaban, a su juicio, el «estallido social», un «plan desestabilizador que aún no ha cesado».
Según este plan, el «clímax» debía haber tenido lugar el 15 de noviembre, pero según Díaz-Canel «fue el último día de una obra muy ensayada que nunca llegó a estrenarse», en un discurso marcado por las metáforas teatrales y en con alusiones veladas a García.
«El articulador del acto teatral interrupto», ha apuntado, ha adquirido «cierta notoriedad» en España, país al que García llegó el 17 de noviembre. Díaz-Canel ha asegurado que los «empleadores» de este «mercerario» tratan de aprovecharse «poniéndole cámaras y micrófonos» para que dé su versión.
«En lo que algunos analistas llaman «la ‘miamización’ de Madrid», la derecha dura de la vieja metrópoli está compitiendo con los impresentables políticos anticubanos en Miami», ha asegurado el mandatario cubano, quien cree que detrás de «esta nueva temporada teatral» hay una voluntad para restaurar la Posición Común de la Unión Europea, que durante años limitó las relaciones con Cuba.
La oposición cubana ha reclamado en estas últimas semanas más contundencia política a la UE e incluso Guillermo Fariñas y Berta Soler, reconocidos con el Premio Sájarov de la Eurocámara a la libertad de conciencia, han amenazado con renunciar al galardón si no hay cambios a corto plazo.
