La locura de los precios de los automóviles en Cuba sigue dando de qué hablar, y aunque en radio bemba en un principio circulaban los rumores de que tarde o temprano las aguas cogerían su nivel, al parecer las autoridades están dispuestas a hacer oídos sordos ante los reclamos y la realidad de que en más de un año se han vendido solo unos pocos coches de segunda mano, porque ni pensar en los cero kilómetros. La locura de los precios de los automóviles en Cuba sigue dando de qué hablar, y aunque en radio bemba en un principio circulaban los rumores de que tarde o temprano las aguas cogerían su nivel, al parecer las autoridades están dispuestas a hacer oídos sordos ante los reclamos y la realidad de que en más de un año se han vendido solo unos pocos coches de segunda mano, porque ni pensar en los cero kilómetros.
Pero el tema volvió ahora a la palestra, cuando hasta el diario Granma se hizo eco de la queja del propietario de un Lada de la época soviética, quien intentó traspasarle la propiedad del auto a su hijo y se encontró con que para regalárselo, tenía que pagar un impuesto adicional de 1.020 pesos convertibles (CUP).
El hombre se quejó, sin obtener respuesta hasta el momento. “Por qué tengo que pagar por algo que es mío y decido regalárselo a mi propio hijo”, ha preguntado.
Todos los enterados del asunto afirman que tal cosa “no tiene ni pies ni cabeza”, pero más sorprendente aún resulta que el Lada, cuando fue adquirido hace 34 años, le costó al atribulado hombre 4.500 pesos cubanos (CUP), y al cabo de tanto tiempo, cuando se supone que ya haya perdido prácticamente todo su valor, fue tasado por los “técnicos” en 51.000 CUC.
