El tema de los baches en La Habana se mantiene de manera recurrente en los corrillos de los barrios, cada vez que aparece en cualquier vía de la capital una nueva grieta, que se agranda de día en día sin que al parecer haya quien se encargue de su eliminación. El tema de los baches en La Habana se mantiene de manera recurrente en los corrillos de los barrios, cada vez que aparece en cualquier vía de la capital una nueva grieta, que se agranda de día en día sin que al parecer haya quien se encargue de su eliminación.
Esa labor corresponde a la empresa de Comunales, pero las autoridades con demasiada frecuencia achacan la falta de mantenimiento vial a la carencia de recursos, aunque para muchos también impera una débil coordinación entre empresas pues en ocasiones una calle recién reparada roturada de nuevo para instalar tuberías de gas o de acueducto y nadie se encarga de tapar el flamante hueco.
Muchos ciudadanos achancan también a los baches una parte de los accidentes del tránsito, que preocupan cada vez más a las autoridades y a la población, aunque ese factor no aparece en la larga lista de causas de esos hechos.
Sin embargo, la proliferación de baches en calles y carreteras no parece ser un hecho originado en las últimas décadas, sino más bien algo recurrente en el devenir capitalino, pues según algunos abuelos, a principios del siglo XX una tonada popular aseguraba: “Tres cosas tiene La Habana, que no las tiene Madrid: El Morro, La Cabaña y baches trescientos mil”.
