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Los pregoneros y los pregones también se modernizan

Radio Bemba

Los pregones y los pregoneros forman parte de la cultura cubana, de tal forma que hasta Moisés Simons, uno de los grandes compositores de la isla, les dedicó una pieza antológica dentro de la música cubana, “El manisero”, en la que advierte a una casera: “No te acuestes a dormir sin comerte un cucurucho de maní”. Los pregones y los pregoneros forman parte de la cultura cubana, de tal forma que hasta Moisés Simons, uno de los grandes compositores de la isla, les dedicó una pieza antológica dentro de la música cubana, ‘El manisero’, en la que advierte a una casera: “No te acuestes a dormir sin comerte un cucurucho de maní”.

Con el incremento del trabajo privado individual los pregoneros se han revitalizado, y a toda hora del día se les escucha anunciar a grito limpio todo tipo de productos, desde pastelitos de coco hasta losas de granito para pisos o “palitos” para tender ropa lavada.

Pero estamos en el siglo XXI y los pregoneros parecen modernizarse también, pues cada vez con más frecuencia es posible encontrar a quienes han decidido poner a descansar sus cuerdas vocales y sustituirlas con una grabación con amplificador.

Así, se puede escuchar al que repite sin variaciones en el tono y el volumen “¡Tamales!, ¡tamales!, ¡tamales!” hasta que se pierde en la lejanía, o vendedores de helados que parecen haberse puesto de acuerdo para emplear la misma musiquita machacona.

Aunque perduran los clásicos y creativos, como un vendedor de caramelos que a cada sabor le busca una rima: “¡Caramelos de piña, para que lo compren las niñas!”, u otro más “político”, que moviliza al barrio con un “¡Al llamado del pastelero… Presente!”.

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