Cada vez son más numerosos los lugares de La Habana que retoman su esplendor original o incluso nuevos brillos, al calor de un trabajo de hormigas impulsado por la Oficina del Historiador y otras instituciones y que se revierten en que también son cada vez más los visitantes que se quedan encantados con la capital cubana. Cada vez son más numerosos los lugares de La Habana que retoman su esplendor original o incluso nuevos brillos, al calor de un trabajo de hormigas impulsado por la Oficina del Historiador y otras instituciones y que se revierten en que también son cada vez más los visitantes que se quedan encantados con la capital cubana.
Ahora le tocó el turno al emblemático Paseo del Prado, que se extiende desde la explanada de La Punta, en la boca de la bahía, hasta el parque Central, y que aunque en otras ocasiones ha recibido retoques, en este 2016 parece como acabado de construir.
A criterio de muchas personas los trabajos forman parte de la restauración del Casco Histórico, pero otros, que con frecuencia ven motivaciones más allá, dicen que ha sido remodelado de punta a cabo para agregarle su glamur innato al de las modelos que traerá a La Habana la casa Chanel en mayo con su línea Cruise 2016-2017.
Así, una larga lista de personalidades de talla internacional encabezadas por el modisto Karl Lagerfeld podrán pasear por los pulidos pisos de granito de la vía y contemplar los abrillantados leones y copas de bronce, y sentarse en los bancos de piedra totalmente deshollinados, aunque no disfrutar de la sombra de los laureles, porque hasta los viejos árboles fueron renovados.
