A medida que pasan los días el recuerdo de la visita de Barack Obama a La Habana s va perdiendo en “la neblina del ayer” como reza un viejo bolero, y con él también se van desvaneciendo las esperanzas de muchos cubanos de que las medidas anunciadas antes del viaje abrieran el espacio de sus bolsillos. A medida que pasan los días el recuerdo de la visita de Barack Obama a La Habana se va perdiendo en “la neblina del ayer” como reza un viejo bolero, y con él también se van desvaneciendo las esperanzas de muchos cubanos de que las medidas anunciadas antes del viaje abrieran el espacio de sus bolsillos.
Porque se esperaba que ya a estas alturas los bancos cubanos pudieran emplear el dólar en sus transacciones con la banca internacional sin temor a las penosas persecuciones, y con ello, que desapareciera el impuesto del 10% a la moneda estadounidense en las casas de cambio (Cadeca), tal como prometieran las autoridades de la isla.
La mayoría de los cubanos reciben dinero del exterior en dólares, y muchos comenzaron a posponer el momento de visitar la Cadeca en espera de que desapareciera “la multa”.
Pero ha pasado el tiempo y las necesidades son muchas para seguir esperando y han tenido que volver a cambiar sus bien guardados dólares para hacer frente a gastos impostergables.
“Mi hijo me mandó 200 dólares y en el cambio pierdo 20, pero no queda otra” dice una mujer y agrega algo que ya muchos comienzan a pensar: “Vamos a ver hasta cuando duran los cuentos de Obama”.
