Los muchos admiradores de los culebrones en Cuba habían quedado satisfechos con la última telenovela de producción nacional, Latidos compartidos, en la cual sufrieron las desgracias de los protagonistas, aplaudieron a “los buenos” y denigraron de “los malos” como corresponde a cualquier material de su tipo que se respete. Los muchos admiradores de los culebrones en Cuba habían quedado satisfechos con la última telenovela de producción nacional, ‘Latidos compartidos’, en la cual sufrieron las desgracias de los protagonistas, aplaudieron a “los buenos” y denigraron de “los malos” como corresponde a cualquier material de su tipo que se respete.
De inmediato la televisión nacional volvió a la carga con otra producción, ‘La sal del paraíso’” pero esta vez, haciendo realidad aquello de “una de cal y otra de arena”, le ha lanzado a los televidentes un bodrio cuyo único mérito, a juzgar por los comentarios de Radio bemba, ha sido alcanzar el rechazo unánime.
Las buenas actuaciones y la música de calidad no logran salvar una serie de historias relacionadas entre sí de parejas disfuncionales, gente “rara”, emprendedores fracasados y hasta un entrenador de perros de pelea venido a menos y una niñita autista.
“Para problemas ya tengo con los míos, así que paso” dicen muchos que esperaban algo más refrescante, mientras otros advierten que “ese paraíso tiene demasiada sal” y han optado por los deportes o las series extranjeras de otros canales o incluso han preferido gastar dos pesos convertibles (CUC) en el famoso ‘paquete semanal’, un pen-drive que ofrece una selección de programas internacionales de éxito, cuyos promotores siempre andan a la viva aprovechando los patinazos de la televisión cubana.
