En La Habana algunos andan de capa caída, sobre todo aquellos con familia en Estados Unidos, ante las noticias de que los vuelos anunciados de varias aerolíneas norteamericanas para los últimos meses del año “están en la punta de la piragua”, con lo cual se alejan también las posibilidades de viajes más económicos para sus parientes. En La Habana algunos andan de capa caída, sobre todo aquellos con familia en Estados Unidos, ante las noticias de que los vuelos anunciados de varias aerolíneas norteamericanas para los últimos meses del año “están en la punta de la piragua”, con lo cual se alejan también las posibilidades de viajes más económicos para sus parientes.
Ello se debe a que algunos congresistas estadounidenses opuestos a todo lo que signifique algún acercamiento con Cuba, están haciendo todo lo posible porque la apertura de los vuelos regulares entre los dos países se posponga o, mejor aún, se cancele.
Para ello alegan que los aeropuertos cubanos no ofrecen la seguridad adecuada para los viajeros estadounidenses, lo cual, en corrillos habaneros, es considerado “la bobería más grande que se pueda decir” y advierten que el servicio en las terminales cubanas es lento, incómodo, desesperante, pero inseguro, jamás”.
Muchos se preguntan si esos congresistas no se han enterado que aerolíneas de todas partes vuelan a la isla, y ahora más que nunca, mientras que otros van más allá y afirman con convicción que “los yumas van a estar más seguros en Cuba que en su propio país porque aquí, por lo menos, no hay un tiroteo todas las semanas”
