Solo ahora, después que se conocieron los resultados de la economía cubana en el 2016, cuando se reportó un decrecimiento del 0,9%, en Radio Bemba, esa particular emisora que extiende los rumores en la isla, algunos locutores, comienzan algunos a sacar la cuenta de que “la crisis donde primero se ha visto es en las shoping”. Solo ahora, después que se conocieron los resultados de la economía cubana en el 2016, cuando se reportó un decrecimiento del 0,9%, en Radio Bemba, esa particular emisora que extiende los rumores en la isla, algunos locutores, comienzan algunos a sacar la cuenta de que “la crisis donde primero se ha visto es en las shoping”.
Las autoridades cubanas, habituadas al uso de eufemismos, no han empleado el término recesión para calificar la actual situación de la economía de la isla, y a la gente común tampoco le interesa un calificativo u otro, sino lo que aprecia a simple vista y en el caso de las shoping es “lo que no se ve” desde hace un buen rato.
Porque, las amas de casa, quienes tienen que lidiar en primera línea con el abastecimiento del hogar, afirman que “no se ve el comino por ninguna parte”, o que “no se ve el papel sanitario” o que “no se ven” hasta cosas tan simples como estropajos, bombillos y otros tantos artículos que solo se ven esporádicamente o en poder de los revendedores al doble o al triple de su precio.
Muchos consideran lógico que las limitaciones se aprecien más directamente en las shoping, pues en ellas casi todo es importado, los productos nacionales “se pueden contar con los dedos de las manos” y como el problema principal es la falta de divisas, el recorte comienza por los renglones que quedan fuera de la libreta de abastecimientos.
