Los ánimos están caldeados. Desde Radio Bemba (así se conocen los rumores callejeros en Cuba) la noticia ha sido mal recibida; aquella que asegura que en la libreta de racionamiento se volverá a sustituir la entrega de café con la entrega del café mezclado con chícharo. Además, los menores de siete años no tendrán derecho a su parte. Los ánimos están caldeados. Desde Radio Bemba (así se conocen los rumores callejeros en Cuba) la noticia ha sido mal recibida; aquella que asegura que en la libreta de racionamiento se volverá a sustituir la entrega de café con la entrega del café mezclado con chícharo. Además, los menores de siete años no tendrán derecho a su parte. La entrada en vigor de esta nueva norma será en mayo.
La noticia parece un retorno al pasado. Antes del 2005, la realidad era la misma. Entonces, el ahora ex dirigente Fidel Castro aprobó una medida por la cual los ciudadanos de la mayor de las Antillas tenían derecho a recibir el producto -típicamente cubano y muy apreciado por la gente de la Isla- sin manipulaciones de ningún tipo. Sin embargo, la crisis económica mundial, que ha disparado los precios del café, ha llevado al Partido Comunista de Cuba (PCC) a tomar esta decisión. Al menos, este es el argumento que esgrime en un comunicado el Ministerio de Comercio Interior.
Aunque todavía no se conocen los datos relativos a las proporciones que compondrán la mezcla final, la Organización Internacional del Café ha declarado a la BBC que “eso no es café”. Según el organismo, en cuanto los añadidos externos superan el 5% del total, el producto pierde su pureza y no debería denominarse como café. Por ello, Cuba, que pertenece a la Organización, no podrá vender en el exterior esa mezcla, sino que estará destinada al consumo interno.
