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La discreta partida de ajedrez que juegan Madrid y La Habana beneficia a Carromero

En 15 días...

La partida de ajedrez que las autoridades cubanas y españolas están interpretando en una suerte de obertura diplomática en torno al miembro del Partido Popular español Angel Carromero sigue su curso sin prisa pero sin pausa. La partida de ajedrez que las autoridades cubanas y españolas están interpretando en una suerte de obertura diplomática en torno al miembro del Partido Popular español Angel Carromero sigue su curso sin prisa pero sin pausa. De momento, la Justicia cubana se tomó su tiempo para dictar sentencia y esperó hasta ver lo que pasaba el 12 de octubre en la celebración de la Fiesta Nacional española en la Embajada y, más concretamente, a conocer en detalle la lista de invitados a la tradicional recepción. Unas fiestas estas que, a pesar de que la vieja guerra de las embajadas que emprendió la Unión Europea por indicación de Aznar, queda lejos, siempre son seguidas con mucha atención por las autoridades habaneras. La calificación otorgada por el censor correspondiente debió de ser favorable porque poco después el Tribunal encargado del ‘caso Carromero‘ dictaba una sentencia de cuatro años de cárcel por homicidio involuntario.

Esa sentencia, aún recurrible tanto por la fiscalía como por la defensa, deja abierta la puerta a que Carromero pueda ser trasladado a España antes de Navidades si las negociaciones en curso dan el resultado que, más o menos, se espera.

Ese parece ser el objetivo fundamental del Gobierno español en este momento, por fortuna para el joven dirigentes de las juventudes del PP. Eso explica la notable discreción con que tanto el caso en sí, como algunas noticias colaterales que llegan de la Isla se tratan en los medios de comunicación peninsulares y en otros ambientes que habitualmente han sido siempre muy beligerantes con algunas informaciones procedentes de allí. Si este contexto se mantiene, como parece posible, es probable que, como decíamos antes, Carromero pasé la Nochebuena en España. Unas buenas perspectivas a las que contribuye también, y mucho, el hecho de que el actual Gobierno del PP, que preside Mariano Rajoy, no sea tan beligerante contra Cuba como fueron otros.

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