¿Quién puede ver 562 cintas de 46 países -entre largometrajes, cortos y documentales- en solo 11 días? ¿Quién puede ver 562 cintas de 46 países -entre largometrajes, cortos y documentales- en solo 11 días?
Esa es la pregunta que se hacen miles de cubanos, pues desde hoy y hasta el 11 de diciembre se celebra el XXXIII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en La Habana y otras ciudades de la isla, y los amantes del séptimo arte se disponen a lanzarse a un nuevo maratón para el cual muchos tomaron vacaciones, priorizándolas incluso por encima de las fiestas de fin de año, con el propósito de ver lo más que puedan aunque tengan que hacer colas a toda hora, correr de un cine a otro, comer solo un pan con algo y un refresco entre función y función y caer extenuados en la cama para volver al día siguiente a las mismas andanzas.
Porque es la oportunidad de ver las 121 obras en competencia de casi todos los países de América Latina; muestras de lo mas actual de las cinematografías de España, Francia, Italia, Polonia y Serbia; casi todas las cintas basadas en novelas de Gabriel García Márquez; la versión completa (en tres partes) de El Siglo de las Luces, del desaparecido director cubano Humberto Solás, la cual hasta ahora nunca se había exhibido íntegramente, e incluso la copia restaurada de Metrópolis (1927) de Fritz Lang, y la antiquísima Viaje a la Luna (1902), de Georges Meliés, uno de los pioneros, solo por mencionar algunas de las atracciones.
Ni pensar en perseguir a las estrellas del celuloide, porque a La Habana acuden pocas y las que lo hacen tampoco andan pensando en alfombras rojas sino en «degustar» de un cine que sustituye los altos presupuestos y los efectos especiales por la creación artística basada en la más febril imaginación.
