HASTA NUEVO AVISO

Radio Bemba

La venta de coches en Cuba –nuevos o de segunda mano- quedó paralizada desde el pasado lunes 13 de enero, “hasta nuevo aviso”. La venta de coches en Cuba –nuevos o de segunda mano- quedó paralizada desde el pasado lunes 13 de enero, “hasta nuevo aviso”.

Está confirmado a nivel de Radio bemba, aunque las autoridades no han dicho ni esta boca es mía.

Y como no hay por el momento explicación oficial, los comentarios se han disparado, pero para muchos cubanos no es necesario indagar demasiado hondo para imaginar cuáles son las causas de tal decisión.

El 3 de enero todos despertaron con la noticia de que al fin, después de más de 50 años, cualquiera podría comprarse un auto 0 kilómetros o de segunda mano sin que mediara autorización gubernamental alguna, como hasta ese momento; pero quienes se apresuraron a acudir a los concesionarios quedaron boquiabiertos con los pecios astronómicos, prohibitivos al menos para el 99,9 % de los potenciales compradores.

“Esa locura te­nían que pararla, porque ese ha sido el papelazo internacional más grande que ha hecho el gobierno de este país desde el triunfo de la Revolución”, aseguró categórico Gilberto, director económico de una empresa, que desde ese viernes no ha cesado de sacar cuentas para encontrar una explicación lógica a las cifras galácticas de los precios.

“Como dice el refrán que rectificar es de sabios, yo supongo que ahora, cuando reinicien la venta, pongan precios más reales. Caros, pero al menos más cercanos a lo que indica el sentido común y el bolsillo de los cubanos”, advierte Nancy, una profesora universitaria.

Carlos, mecánico automotriz, va más allá: “Imagínate que habían justificado los altos precios con el cuento de que era para financiar con las ganancias el mejoramiento del transporte público. Pero dicen que en los primeros diez días solo se vendieron cinco carros de uso, así que a ese paso no íbamos a tener ni carros particulares ni transporte público”.

El caso es que, a juzgar por las opiniones de la calle, lo de los altos precios de los coches fue rechazado por casi todos los cubanos, con la excepción, se supone, de quienes los implantaron.

Y ni que decir de los chistes vitriólicos a costa de las autoridades, en un país donde el choteo forma parte del ADN de la gente. Ahora, todos están a la expectativa, aunque muchos se inclinan a pesar que de una vez por todas las aguas tomen su nivel y prevalezca la cordura. Pero Ana, ama de casa, es desconfiada, y asegura que “de aquí a que vuelvan a abrir la venta, María camina y Juana gatea, y como son las cosas en este país, hay que sentarse a esperar a ve por dónde le entra el agua al coco, porque lo mismo pueden bajar los precios de los carros, que volver a venderlos mediante cartas de autorización, o sabe Dios qué otro invento”.

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