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LA HABANA TAMBIEN TIENE SU CRISTO

Radio Bemba

En estos días en que los brasileños andan celebrando los 80 años del Cristo Redentor, vale la pena recordar que La Habana, también tiene su Cristo, más pequeñito, enclavado a mucha menor altura que la del Corcovado y con una mano en el corazón, a diferencia del otro, que recibe a los visitantes con los brazos abiertos. En estos días en que los brasileños andan celebrando los 80 años del Cristo Redentor, vale la pena recordar que La Habana, también tiene su Cristo, más pequeñito, enclavado a mucha menor altura que la del Corcovado y con una mano en el corazón, a diferencia del otro, que recibe a los visitantes con los brazos abiertos.

Incluso hasta los habaneros tienen que andar con ojo avizor para casi descubrirlo, sobre una pequeña colina del poblado de Casa Blanca, al otro lado de la bahía, un tanto disminuido por la enormidad de la fortaleza de La Cabaña, que se levantan a sus espaldas.

El Cristo de La Habana es mucho más joven que su pariente brasileño, solo 53 años, y también menor estatura, 22 metros de alto, pero también tiene sus historias que contar, pues fue inaugurado solo una semana antes de que las tropas de Fidel Castro entraran triunfantes en La Habana, por lo cual ha contemplado y padecido tormentas políticas y naturales.

Tanto es así, que en cuanto a estas últimas en 1961 un rayo le partió la cabeza, otro hizo lo mismo al año siguiente y un tercero en 1986, por lo cual las autoridades se cansaron de repararlo en cada una de esas ocasiones finalmente hicieron lo más indicado: le colocaron un pararrayos.

A consecuencia de las tempestades políticas, en las cuales la Iglesia católica andaba de capa caída, estuvo abandonado un buen tiempo. Ahora es difícil contemplarlo, pues está rodeado de todo un andamiaje necesario para repararlo, lustrarlo y devolverle el esplendor.

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