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LO QUE VIENE

Radio Bemba

Desde el 1 de enero entró en vigor la nueva ley tributaria que, según las autoridades, se pondrá en marcha de manera paulatina y que está en sintonía con lo que han denominado actualización del modelo socio-económico del país. Desde el 1 de enero entró en vigor la nueva ley tributaria que, según las autoridades, se pondrá en marcha de manera paulatina y que está en sintonía con lo que han denominado actualización del modelo socio-económico del país. «Yo en estos asuntos estoy en China», asegura Ismael, un constructor por cuenta propia que por «pinchar» de forma privada será uno de los más afectados, y en Cuba, decir estar en China es la expresión clásica para expresar no saber nada de nada, porque desde que los hermanos Castro bajaron de la Sierra Maestra en 1959 los impuestos prácticamente desaparecieron o se mantuvieron de forma muy leve. Según la letra, su aplicación tendrá en cuenta la capacidad económica de los sujetos obligados a cumplirla, así como las características de cada territorio, y mayores gravámenes para los ingresos más altos, con el objetivo de proteger a los que menos reciben.

En total, dicen, serán 19 impuestos, tres tasas e igual número de contribuciones, y se incluyen regímenes especiales y beneficios fiscales que se justifiquen por razones de política económica y social.

Así, para quienes trabajen en el campo la carga tributaria será menor con respecto a otros sectores, tanto para los productores individuales como para las empresas estatales e introduce un impuesto por la ociosidad de las tierras, de manera que el que tiene el terruño sin producir también tiene que pagar.

Lo que más preocupaba a la gente durante el tiempo en que la ley se estuvo cocinando fue el impuesto sobre los el salario como uno de los ingresos personales por el cual se tributará, aunque como estos son tan bajos en general, aunque aparece en la legislación no se implementará por el momento, hasta tanto el sueldo de la gente no sea el que tiene que ser. «¡De aquí a que eso ocurra, María camina y Juana gatea, porque si no, a dónde vamos a llegar!», fue la expresión populachera de Cachita, una peluquera.

Y por suerte para muchos. A la lista de quienes quedan exentos del impuesto por este concepto se suman los ingresos provenientes de jubilaciones, pensiones y demás prestaciones de la asistencia y la seguridad sociales; las remesas de ayuda familiar que se reciban del exterior, los intereses bancarios por depósitos en cuentas de ahorro en bancos nacionales y las indemnizaciones pagadas por el seguro.

«Así que vamos a ir entrando en caja, pero despacio, como todo aquí» es la conclusión de Ernesto, un trabajador estatal, y de muchos otros para quienes, después de muchas elucubraciones, quejas y lamentaciones por adelantado «parece que la sangre no llega al río».

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