Las peñas beisboleras del Parque Central y de cualquier esquina de Cuba están calientes, porque después del receso de fin de año comenzó de nuevo la temporada con riñas y sorpresas en la lucha por los lugares de punta y, sobre todo, porque el chisme del momento es la sanción al receptor Yosvani Alarcón, una de las figuras más prometedoras de la pelota, quien fue suspendido por lo que resta de año. Las peñas beisboleras del Parque Central y de cualquier esquina de Cuba están calientes, porque después del receso de fin de año comenzó de nuevo la temporada con riñas y sorpresas en la lucha por los lugares de punta y, sobre todo, porque el chisme del momento es la sanción al receptor Yosvani Alarcón, una de las figuras más prometedoras de la pelota, quien fue suspendido por lo que resta de año.
Todo indica que al muchachón de 26 años, del equipo de Las Tunas, se le fue la mano en medio de una rabieta por una jugada discutible y le pegó por lo menos una buena trompada a un árbitro.
Como la decisión del superior se prestaba a dudas muchos están a favor del pelotero y en contra del árbitro, o viceversa, pero en lo que todos parecen estar de acuerdo es que «la bronca no se vale».
Y a Alarcón le costó caro tener la mano suelta, pues con la suspensión quedó fuera del equipo Cuba y de su novena en la temporada y de nada le valdrá su extraordinario
poder ofensivo y ser uno de los receptores que estaba en la preselección cubana para el tercer Clásico Mundial que se celebrará en marzo.
