Todo indica que las gallinas se han sumado a los esfuerzos del Gobierno por resolver la alimentación de los cubanos, pues desde hace unos meses no hay establecimiento estatal dedicado a la venta de alimentos donde no haya huevos en abundancia, ya sea una carnicería, un «agro», un supermercado o una sencilla tienda de barrio. Todo indica que las gallinas se han sumado a los esfuerzos del Gobierno por resolver la alimentación de los cubanos, pues desde hace unos meses no hay establecimiento estatal dedicado a la venta de alimentos donde no haya huevos en abundancia, ya sea una carnicería, un «agro», un supermercado o una sencilla tienda de barrio.
Radio bemba desconoce cifras oficiales al respecto, pero el caso es que están por la libre, a 1.50 la unidad en pesos cubanos, que resultan caros si se compara ese precio con los de la libreta, pero muy asequibles a todos los bolsillos, teniendo en cuenta que resuelven un almuerzo con la mayor facilidad.
Por ello todo el mundo siempre está pendiente de «cuando le tocan los huevos», es decir, cuando llegan los que corresponden por la libreta, a razón de diez al mes, que no son muchos, pero ayudan a complementar una canasta básica bastante estrecha. Quizá por eso desde hace mucho fueron bautizados como los «salva vidas», y algunos hasta dicen que algún día habrá que erigirle un monumento a las ponedoras, pues en los momentos de mayor escasez siempre han llegado justo a tiempo para evitar que la mesa se vaya en blanco en cuanto a proteínas.
Otra prueba de la actual abundancia es que ya casi no se escucha el perentorio grito de ¡hueeevos! de quienes se han especializado en revender más caras aún las posturas ofreciéndolas en la puerta de su casa y que pululan por las calles de La Habana cuando el producto está en falta, y por supuesto, todos esperan que las gallinas sigan a toda máquina salvando vidas.
