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TODO PARA VENDER… Y TAMBIEN PARA COMPRAR

Con la apertura de los negocios por cuenta propia ha vuelto a florecer en los barrios de Cuba la muy criolla figura del pregonero. Con la apertura de los negocios por cuenta propia ha vuelto a florecer en los barrios de Cuba la muy criolla figura del pregonero. Realmente nunca desapareció pero en los años de la cerrazón los vendedores ambulantes, como si fueran a decir el más sensual y atrevido piropo, le susurraban a usted al oído: «tengo colas de langosta fresquita» o «café en grano a 15 la libra»…

Ahora vuelven a gritar a voz en cuello todos los productos habidos y por haber: Los vendedores de pan aseguran que llevan «¡pan de flauta suaaaaave!», que de paso va acompañado con barritas de queso crema y mantequilla. No faltan los que anuncian «¡Vaya, tu cremita aquí!», para ofrecer cremitas de leche, barras de dulce de guayaba y chucherías de toda clase. Por la barriada de La Víbora circula un viejito en bicicleta al que nadie conoce por su nombre de pila, pero que todos identifican como Aguacatón, porque ese es su grito de guerra para vender aguacates, que merecen el superlativo pues son los mejores y más grandes que conoce Radio bemba. Otros son «todoterreno» y nadie sabe cómo se las arreglan para caminar cuadras y cuadras llevando encima palos de trapear (fregonas), escobas, cubos, jarros de todos los tamaños, recogedores de basura, palitos de tender y cuanta cosa resulta necesaria para la limpieza de una casa, y van voceando los productos de una lista tan larga que cien metros más adelante todavía no ha terminado de enumerarlos.

Pero los más misteriosos son los compradores, porque en muchos casos nadie sabe para qué compran objetos en apariencia inútiles, y así, al tradicional recogedor de botellas se han sumado otras «especialidades» y usted oye de buenas a primera a uno gritando «¡Compro cualquier pedacito de oroooooo!», El otro más allá que vocea «¡Compro planchas y ventiladores roootoooos!», y hasta alguno que, vaya usted a saber, busca «¡pomitos de perfume vaciiiiiios!».

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