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Volvieron las congas

Radio Bemba

Quienes andaban de moco caído ante el ambiente funerario que iba a prevalecer en los estadios de béisbol por la ausencia del bullicio de las trompetas y los tambores en las graderías ya vuelven a sentirse en su ambiente, porque las autoridades deportivas cubanas dieron marcha atrás a paso forzado a su decisión inicial de suprimir las congas en las instalaciones deportivas durante los juegos de pelota. Quienes andaban de moco caído ante el ambiente funerario que iba a prevalecer en los estadios de béisbol por la ausencia del bullicio de las trompetas y los tambores en las graderías ya vuelven a sentirse en su ambiente, porque las autoridades deportivas cubanas dieron marcha atrás a paso forzado a su decisión inicial de suprimir las congas en las instalaciones deportivas durante los juegos de pelota.

El alboroto que se armó en todas partes en contra de esa disposición fue más estruendoso que la más grande de las congas, porque aficionados, la prensa especializada y hasta sociólogos, casi sin excepciones, arremetieron contra la impopular medida y le dijeron hasta botija vede a los jerarcas de la Comisión Nacional de Béisbol.

“¡El pueblo unido jamás será vencido!” fue la expresión, acompañada por una sonora carcajada, de Yumelsi, un mulatico con aspiraciones de convertirse en estrella de reggaetón, que va más al estadio Latinoamericano a despelotarse tras la conga de ocasión que a ver los partidos de Industriales.

El caso es que la Comisión Nacional de Béisbol rectificó la Circular No. 4, emitida el pasado 13 de noviembre, pero advirtió que el relajo tiene que ser con orden, pues dictaminó que la bullaranga se puede armar en los estadios durante todo el juego, siempre y cuando la parafernalia musical se ubique en el área de los jardines, derecho o izquierdo, a una distancia de 35 metros a partir de los extremos finales de los bancos de los equipos, en dirección left field y al right field.

Y añadió que en los estadios donde no haya condiciones para colocar la música cumpliendo este requerimiento para la Serie Nacional de Béisbol, se habilitarán tarimas o de lo contrario tendrán que tocar solo entre innings, o hablando en español, cada vez que termine una entrada.

El vilipendiado comisionado nacional, Higinio Vélez, natural de Santiago de Cuba, la Meca de las congas, quiso suavizar el asunto advirtiendo que los directivos del deporte nacional nunca pensaron eliminar las congas, sino “solo regular su accionar a partir de que es real la interferencia en los juegos”.

Pero al parecer tampoco nunca les pasó por la mente el tamaño de la andanada que iban a recibir de los millones de aficionados a la pelota, que para los cubanos, fiesteros por naturaleza, va mucho más allá de las grandes jugadas y las estrategias de los managers, para disfrutarla desde las gradas bailando, gritando, saltando, comiendo y hasta bebiendo ron furtivamente, en un ambiente mezcla de fiesta deportiva y carnaval.

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