«¡Al fiiiiiiinnn!» Exclamó entusiasmado Gustavo, cuando leyó en el diario Granma que el Consejo de Ministros, en su más reciente reunión extraordinaria aprobó un consistente incremento salarial para el personal de la Salud Pública. «¡Al fiiiiiiinnn!» Exclamó entusiasmado Gustavo, cuando leyó en el diario Granma que el Consejo de Ministros, en su más reciente reunión extraordinaria aprobó un consistente incremento salarial para el personal de la Salud Pública.
«Bueno, lo de al fin todavía, porque el aumento es a partir del primero de junio», le rectificó su esposa.
«Sí claro, pero ya no hay marcha atrás» sentenció Gustavo, porque lo de la subida de sueldo para los médicos y enfermeras y demás personal de la sanidad, era una bola que venía rodando ya desde hacía meses pero no acababa de dar vueltas, hasta que el presidente Raúl Castro lo anunció oficialmente cuando habló en la clausura del congreso de la Central de Trabajadores de Cuba, y aún así habían pasado semanas y no se había dicho nada más.
Pero finalmente se hizo la luz y para ser francos, los comentarios de radio bemba se quedaron cortos pues a nivel de calle los más optimistas decían que se iba a duplicar el salario para todo el mundo, y aunque lo definitivo es una especie de escala según el nivel de preparación de médicos, estomatólogos y enfermeras, en realidad los que más ganarán se fueron muy por encima de los pronósticos.
Así, en lo más alto de la pirámide están los especialistas de segundo grado y los que poseen dos especialidades, que ganan hasta hoy 627 CUP y recibirán un aumento de 973, Mientras que en lo más bajo está la enfermera de nivel básico, que devenga un salario de 320 y tendrá un incremento de 275.
Pero no se queda ahí, pues se mantendrán pagos adicionales por impartición de docencia, condiciones especiales de trabajo y años acumulados de labor en el caso de las enfermeras, trabajadores de servicio y operarios, y además se duplicará para todos el pago por trabajar en horarios nocturnos.
Y todos contentos, los empleados del Ministerio de Salud Pública, por supuesto, y el resto, que se alegra de la buena suerte de quienes forman parte de un sector en el cual estaban «pasando las de Caín» desde que reventó la crisis económica en el ya lejanísimo 1990.
Pero por otro lado se han levantado algunas ronchas, porque en la mencionada reunión de los ministros, el vicepresidente Marino Murillo dijo, entre otras cosas, que ese incremento obedece a una política paulatina «en las actividades con resultados más eficientes y a la labor de aquellos trabajadores que aportan beneficios de impacto económico y social».
Y no pocos se han puesto a sacar sus propias cuentas, porque -dicen- si la cosa es así «hay que aumentar también en otros sectores del país, y otros muchos no se van a empatar nunca con la verdad».
Por eso, Marta, la esposa de Gustavo se pregunta: «¿Y entonces cómo quedan los maestros? ¿No tienen esperanzas de que les aumenten el sueldo? Porque ellos no aportan dinero al país, pero esos médicos y enfermeras son lo que son porque pasaron por una primaria, una secundaria, un preuniversitario y una universidad».
Por ahí suenan los truenos…
