La sangría que está sufriendo el béisbol cubano hacia las ligas profesionales de Estados Unidos esencialmente, se siente en la isla, hasta el punto de que muchos aficionados aseguran que la serie nacional de este año “parece más una serie juvenil que otra cosa”. La sangría que está sufriendo el béisbol cubano hacia las ligas profesionales de Estados Unidos esencialmente, se siente en la isla, hasta el punto de que muchos aficionados aseguran que la serie nacional de este año “parece más una serie juvenil que otra cosa”.
La emigración se siente en unos equipos más que en otros, pero en algunos ha tenido consecuencias catastróficas, como en el de Santiago de Cuba, tradicionalmente uno de los más fuertes, del cual se han ido unas 30 figuras, entre consagrados y prospectos, con la consiguiente merma en la calidad de la novena.
Hasta el propio comisionado provincial de béisbol se ha quejado del asunto y achacó a esa situación durante una entrevista por la TV los bajos resultados de sus muchachos en la presente serie nacional, que ya se encuentra en su recta final.
Entre los que se van, no se incluyen los que cada vez con más frecuencia pasan a jugar en equipos profesionales de Japón, Canadá y naciones de América Latina, porque estos sí retornan a la isla para participar en las competencias en Cuba.
Pero esta opción, aunque aporta buenos contratos, no logra ni remotamente neutralizar las ansias de jugar en EEUU tanto por el prestigio que se alcanza allí como, sobre todo, por los montos multimillonarios que cobran en cualquier equipo de las Grandes Ligas.
