Los extranjeros poco enterados de la realidad cubana se quedaron con la boca abierta: el Gobierno de Raúl Castro levantó este mes que finalizó la prohibición de venta de electrodomésticos de alto consumo, vigente desde 2003 con el objetivo expreso de ahorrar energía. Los extranjeros poco enterados de la realidad cubana se quedaron con la boca abierta: el Gobierno de Raúl Castro levantó este mes que finalizó la prohibición de venta de electrodomésticos de alto consumo, vigente desde 2003 con el objetivo expreso de ahorrar energía.
Ahora, como si ya no hubiera que ahorrar energía, el argumento es el de «completar la oferta» a la población y a los trabajadores privados, según señaló una disposición oficial que apareció en la Gaceta Oficial firmada por la ministra de Comercio Interior, Mary Ortega.
Los elementos autorizados para su venta son acondicionadores de aire, cocinas eléctricas, hornos eléctricos, duchas eléctricas, freidoras eléctricas, calentadores eléctricos, cafeteras eléctricas, hornillas eléctricas, parrilla y plancha de grillar, asadores, sandwicheras, sartenes eléctricos, y hasta máquinas para hacer palomitas de maíz.
Por supuesto, no se trata de salir corriendo para las tiendas, puesto que según advirtieron las autoridades esos equipos se incorporarán a la venta de forma gradual, según se adquieran por las entidades encargadas de su comercialización».
Y a ello se suman los precios, que oscilan entre 800 pesos convertibles (cuc) los aires acondicionados de tonelada y media, hasta alrededor de 30 cuc las pequeñas tostadoras de pan, por lo cual hasta para comprar estas últimas la mayoría de los cubanos tienen que pensarlo más de dos veces.
Aun así la gente lo aprecia con satisfacción y como una ratificación de que, si bien a pasos lentos, pero seguros, el gobierno va desmantelando poco a poco todas las absurdas prohibiciones que tanto molestaban.
