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TENGO UNA CASITA EN EL CAMPO

Radio Bemba

El Gobierno cubano acaba de autorizar la construcción de casas y otras instalaciones a las personas que habían adquirido tierras estatales en usufructo, como parte de las transformaciones para impulsar la producción de alimentos. El Gobierno cubano acaba de autorizar la construcción de casas y otras instalaciones a las personas que habían adquirido tierras estatales en usufructo, como parte de las transformaciones para impulsar la producción de alimentos.

Eso es algo que «se cae de la mata» afirma Camilo, un viejo isleño curtido por el sol de Cuba desde que llegó de Canarias cuando todavía la emigración era «de allá para acá», pero construir viviendas en las tierras recibidas no había sido contemplado hasta ahora y parece que la burocracia había hecho todo lo posible por demorarlo.

A partir de este momento «el usufructuario, con sus propios recursos, puede construir o fomentar nuevas bienhechurías, así como reconstruir o remodelar o ampliar unas y otras», según indica un decreto de ley publicado en la Gaceta Oficial.

Por bienhechurías se entiende, según la ley, «las edificaciones, instalaciones y otras obras necesarias o útiles para la adecuada atención y protección a los cultivos, animales y plantaciones».

«Ahora sí voy a pensar en serio irme pa’l campo a trabajar la tierra» confiesa Ricardo, un guajiro que en los años 80 se instaló en La Habana pero que no ha olvidado lo que aprendió desde que gateaba y sabe que a la tierra puede sacarle hoy el dinero que ni por casualidad obtiene con su salario de trabajador del Estado.

«Esto sí va a impulsar la producción de alimentos porque le zumba el mango tener que echarse todos los días un montón de kilómetros del pueblo al campo y del campo al pueblo, como si uno fuera un obrero, cuando ser guajiro es otra cosa», dice concluyente Alfredo, quien también sabe con sus años de sol a sol en el surco, que la tierra es agradecida, pero hay que cuidarla.

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