Héctor Luis, un ingeniero eléctrico que hace dos años abandonó el sector estatal para sacar adelante una cafetería ubicada en el corazón de la ciudad de Santa Clara (centro), confesó a la Agencia Sputnik que los apagones le han puesto difícil el negocio.
«Sin corriente una cafetería no funciona, hay muchos equipos que solo funcionan con electricidad, como una batidora o una freidora», explicó el joven, quien lleva un tiempo ya apostándole al emprendimiento.
De hecho, primero montó un taller para arreglar equipos eléctricos, pero los continuos apagones hacían muy difícil mantenerse trabajando y tener unos ingresos estables por esa actividad.
Apostó entonces junto a su esposa, también ingeniera, por abrir una cafetería en una zona de la ciudad donde los apagones no son tan frecuentes, pues está ubicado en un «circuito priorizado», un lugar que -por su cercanía a hospitales u otras instalaciones de importancia- se ve menos afectado por los cortes de electricidad.
«Algunos se buscan una planta (de generación eléctrica), que debe ser de al menos 5 kilowats, para trabajar cuando no tienen corriente, otros como yo montan su negocio en un circuito priorizado», explicó Héctor Luis, quien advirtió un problema: en los negocios con planta, el precio del producto varía.
El asunto es que al usar la planta, la ficha de costo del producto sube, por el precio de la gasolina usada para su funcionamiento.
«Si el cliente llegó y logró hacer el pedido antes de que se fuera la corriente, se aplica un precio, pero si llegó en un momento en el que no había corriente, los precios se duplican», resumió.
EMPRENDER A RITMO DEL WATT
Fernando Valdés es ingeniero en Telecomunicaciones, vive en la antigua villa de Sancti Spíritus (centro), y hace cinco años es el dueño de un taller de celulares que ha tenido que reinventarse por culpa de la crisis energética.
«Cuando comencé ganamos bastante cambiando pantallas rotas o instalando software, pero ahora nos estamos dedicando más a revender celulares o forros protectores para los móviles», explicó.
En un país donde ningún territorio es ajeno a los apagones, Sancti Spíritus se lleva quizás la peor parte, o al menos así lo perciben sus habitantes: a veces solo hay tres o cuatro horas de corriente durante el día, un escenario en el que, lamentó Valdés, «era casi imposible mantener el taller».
La «luz» (electricidad) se va menos en La Habana quizás por su condición de capital del país y ciudad más poblada, pero igual sus habitantes tienen que vivir pendientes de la programación de los apagones.
Todas las semanas, la Empresa Eléctrica de La Habana publica un informe con los barrios que afectarán con cortes eléctricos, pero en los últimos días, debido a averías en grandes termoeléctricas como la Antonio Guiteras y la Felton, los apagones se han disparado.
«Esta semana ha sido bien difícil, los apagones no nos han dejado usar las ollas eléctricas y las arroceras que facilitan bastante el trabajo», contó Teresa Ramos, dueña de una cafetería pequeña en el capitalino barrio de Luyanó, para quien el gas licuado para cocinar tampoco es una alternativa rentable, porque es tan caro como la electricidad.
La cafetería de Teresa es pequeña, pero cerca está el almacén de una Mipyme (micro, pequeña o mediana empresa), que cada día recibe camiones con mercancías, cuyos choferes y estibadores se han hecho clientes habituales.
«Pero cuando dejo de elaborar los almuerzos o las meriendas pierdo mi clientela», lamentó la emprendedora.
SUSPENSIÓN DE ACTIVIDADES
La actual situación energética es tan complicada, que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social suspendió los días 14 y 15 de febrero «las actividades docentes y laborales que no sean imprescindibles».
«Teniendo en cuenta la situación energética que afronta Cuba y con el objetivo de contribuir al necesario ahorro en el consumo de energía eléctrica para atenuar las afectaciones a la población, se ha decidido suspender durante los próximos días 14 y 15 de febrero las actividades docentes y laborales que no sean imprescindibles en las condiciones actuales», señaló el Ministerio en nota oficial.
A su vez, la Presidencia de la República afirmó que, en el contexto de los prolongados apagones que afectan a la población cubana y a los sectores productivos, la recuperación del sistema eléctrico nacional es la prioridad del Ministerio de Energía y Minas.
«Está muy claro que la recuperación del sistema eléctrico nacional es la prioridad, porque es muy transversal y le da vida a todos los demás sectores de la economía», aseguró el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero.
Según Marrero, los «prolongados apagones» impactan en las actividades de la economía, además de repercutir negativamente en la vida cotidiana de la población.
En ese sentido, apostó por darle prioridad al montaje e instalación de parques solares fotovoltaicos, que se proyecta puedan aportar 1.200 megawatts (MW) al término de 2025.
Igual, el funcionario reconoció que el Estado no dispone de todas las divisas que demanda el desarrollo parejo de cada una de las diferentes actividades del Ministerio de Energía y Minas.
«Este año 2025 aún con un aumento de las presiones enemigas visibles tenemos que trabajar para que el pueblo vea una mejoría en lo que nos concierne», enfatizó el primer ministro.
De acurdo con el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, uno de los principales problemas el año anterior fue el déficit de combustible, que ocasionó el 68,7 por ciento de los apagones.
También mencionó la escasez de gas licuado de petróleo para la cocción de alimentos, la paralización de las plantas de refinación, y las dificultades para la adquisición de piezas de repuesto con vistas al mantenimiento de las industrias.
El Gobierno de Cuba achaca los obstáculos que tienen para adquirir combustible y equipos al bloqueo económico de EEUU, recrudecido tras el regreso de Donald Trump a la presidencia de la nación norteña, y sin una solución a mediano o largo plazo a la vista.
Y aunque el panorama es literal y metafóricamente oscuro, el incipiente sector privado en Cuba no pierde las ganas y la esperanza de ver una luz al final del camino económoco emprendido.