Desde hace años, los artistas cubanos, residentes en la isla o no, ocupan una buena cantidad de espacios en las listas de nominaciones a los premios Grammy, y la XV edición de este perseguido galardón, que se celebrará el 20 de noviembre, no es una excepción, pues aparecen nueve figuras y dos agrupaciones en las diferentes categorías. Desde hace años, los artistas cubanos, residentes en la isla o no, ocupan una buena cantidad de espacios en las listas de nominaciones a los premios Grammy, y la XV edición de este perseguido galardón, que se celebrará el 20 de noviembre, no es una excepción, pues aparecen nueve figuras y dos agrupaciones en las diferentes categorías.
Como era de esperar, en la relación dada a conocer por la Academia Latina de las Artes y Ciencias de Grabación en EEUU, después de un verano más que productivo el cantautor Descemer Bueno aparece entre los artistas con más nominaciones, con cinco, y los raperos Gente de Zona, con cuatro, impulsados por el exitazo de ‘Bailando’, junto a Enrique Iglesias.
‘Bailando’ está nominada en las categorías Grabación del año, Canción del año, Mejor interpretación urbana y Mejor canción urbana, aunque Descemer Bueno, también con Enrique Iglesias y Romeo Santos, se coló en la categoría de Mejor canción Tropical.
Otros cubanos residentes en la isla que compiten son Silvio Rodríguez en Canción del año, por ‘Ojos de Sol’, junto a los puertorriqueños de Calle 13; Eliades Ochoa y el cuarteto Patria, por ‘El Eliades que soy’, en Mejor álbum tropical tradicional; y Pablo Milanés con ‘Renacimiento’, en Mejor álbum de cantautor.
Entre los cubanos que residen fuera de la isla, están nominados Aymee Nuviola por ‘First Class to Havana’, en Mejor álbum de salsa; Arturo O’Farrill con ‘Final Night at Birland’ en Mejor álbum instrumental; Albita Rodríguez junto a Eva Aillón y Olga Cerpa en Mejor álbum folclórico por ‘Mujeres con cajones’; el saxofonista Paquito D’Rivera con ‘Song for Maura’ en Mejor álbum de jazz latino; Yalil Guerra con ‘String Cuartet No. 2’ en Mejor composición clásica contemporánea, y Rita Rosa Ruesga en Mejor álbum infantil latino, con ‘Rumba Flora: La historia de Uva y Garbancito’.
El astro de la danza Vladimir Malakhov actuó por primera vez en Cuba en el Festival Internacional de Ballet de La Habana de 2010, y entonces decidió que de cualquier modo regresaría a este país a regalar su arte.
Y regresó, pero no solo para bailar sino también para difundir el arte danzario en la más amplia escala, y así, hace apenas un año, cumplió la promesa, pero en Holguín, en el oriente de la isla, debido a algunas incomprensiones que lo obligaron a desviar de la capital un proyecto artístico que tenía en mente y que acaba de culminar.
La acogida del primer Concurso Internacional de Danza Atlántico Norte, impulsado por él en Cuba del 14 al 18 de septiembre, confirmó para este célebre director la utilidad de esos encuentros y, según confesó, “algunos intérpretes lo hicieron llorar de emoción durante la cita”.
La estrella de origen ucraniano expresó sorpresa por la calidad de los 75 competidores de México, Venezuela, Uruguay y Cuba, y reveló que el nivel tan elevado de la danza lo obligó a ampliar sus propuestas artísticas para el país. “Para mí fue una experiencia enriquecedora y al ver tanta calidad me pareció imposible entregar un solo premio”, aseguró a la prensa el artista reconocido con el Benois de la Danza, entre otros galardones de relevancia.
En vez de un Grand Premio Vladimir Malakhov, concedió dos, y creó cuatro lauros especiales que a su juicio fueron insuficientes para reconocer la calidad de todos los buenos bailarines y las obras en el certamen, disfrutado a lunetario lleno en el teatro Eddy Suñol, de la ciudad de Holguín.
No imaginaba que el interés por la competencia fuera a ser tan grande y realmente encontré bailarines espectaculares y un público que no quería perderse ningún detalle, contó el actual director del Ballet de Tokio, Japón, quien se formó en la prestigiosa escuela rusa del Bolshoi, fue estrella del American Ballet Theatre, en Estados Unidos, y dirigió durante 13 años y hasta hace meses el Ballet de la Ópera de Berlín.
“El evento nació como un concurso de danza y se transformó en un festival maravilloso”, comentó el artista satisfecho por haber creado algo hermoso en esta isla y advirtió que “De Cuba no quiero recibir nada, salvo cariño, aquí me vengo a entregar y si La Habana me abriera los brazos allí estaré”.
Malakhov planea ahora extender una red de competencias con su nombre en países de América Latina, a fin de ofrecer similares oportunidades en un continente donde pocas personas tienen posibilidades económicas para inscribirse en los concursos de Europa y Estados Unidos.



