Mientras el tráfico y consumo de drogas es un problema mundial que se incrementa y recrudece, las autoridades cubanas siguen luchando a brazo partido contra su proliferación en la isla, donde por supuesto existe el consumo pero ni remotamente en los niveles de sus vecinos. Según el ministro de Justicia, Oscar Manuel Silvera Martínez, el problema del tráfico y consumo de estupefacientes no se resolverá ni arrasando plantaciones como ocurre en muchos países o con represalias de todo tipo y mucho menos con la legalización que a su juicio solo denota la incapacidad de los gobiernos para enfrentar la situación.
Para el funcionario la solución está en desarrollar y aplicar políticas integrales, preventivas, educativas, conducidas por el Estado y con inclusión social, participación popular comunitaria, tratamiento y rehabilitación accesibles y universales y, por supuesto, con un firme enfrentamiento al delito y amplia cooperación internacional.
Por lo pronto en la isla parecen haber dado resultado tales presupuestos, para lo cual cuenta a su favor con el respaldo generalizado de la población, que lejos de apreciar la droga como negocio, vicio o diversión, muestra una singular unanimidad, más allá incluso de distingos políticos, para enfrentar ese flagelo por todas las vías posibles.
