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Los pesos pesados del Gobierno ayudan al presidente cubano en su ataque

En las dos comparecencias televisivas que Fidel ha dedicado a desmentir a Forbes, ha contado con la participación de destacados miembros del Gobierno, como Francisco Soberón, ministro-presidente de Banco Central de Cuba; Abel Prieto, ministro de Cultura; Agustín Lage, científico; Eusebio Leal, historiador de la Ciudad, y Concepción de la Campa, responsable del Polo Científico de La Habana y profesional de gran prestigio tanto en la Isla como en América. En las dos comparecencias televisivas que Fidel ha dedicado a desmentir a Forbes, ha contado con la participación de destacados miembros del Gobierno, como Francisco Soberón, ministro-presidente de Banco Central de Cuba; Abel Prieto, ministro de Cultura; Agustín Lage, científico; Eusebio Leal, historiador de la Ciudad, y Concepción de la Campa, responsable del Polo Científico de La Habana y profesional de gran prestigio tanto en la Isla como en América.

Soberón fue sin duda quien utilizó los argumentos más contundentes al preguntarse porque no figura, por ejemplo, George Bush en esta lista. Toda vez que era posible realizar sobre su riqueza una estimación similar a la que se había hecho con Fidel. Quizá porque en ese caso el número resultante (1,24 billones de dólares), no resultaría creíble para nadie en su sano juicio, desde luego.

Fidel Castro propuso después «golpear fuertemente» lo que consideró una «patraña» elaborada por los servicios de inteligencia estadounidenses y aseguró que esta campaña desarrollada contra él desde hace años por Forbes “era una vieja deuda” que debía saldar, «sin furor, pero con fuerza».

En su intervención, el historiador de La Habana, Eusebio Leal, asegura que los 11.687 regalos recibidos por el mandatario en sus años de gobierno, algunos de incalculable valor, habían sido destinados en todos los casos a la utilidad pública.

Otro de los participantes, el presidente del Banco Central, Francisco Soberón, afirmó que las cuentas de Forbes tenían «falta de profesionalidad y de escrúpulos”. Steve Forbes, ejecutivo de la publicación fue tildado de «incondicional colaborador» del presidente George W. Bush y sus fraudes económicos.

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