EL CENTRO DE INGENIERÍA GENÉTICA Y BIOTECNOLOGÍA DE CUBA (CIGB) se ha convertido en las últimas dos décadas en uno de los puntales más importantes de la salud pública cubana, así como en un importante filón económico. EL CENTRO DE INGENIERÍA GENÉTICA Y BIOTECNOLOGÍA DE CUBA (CIGB) se ha convertido en las últimas dos décadas en uno de los puntales más importantes de la salud pública cubana, así como en un importante filón económico. Este centro ha logrado un alto reconocimiento internacional gracias a su vacuna contra la Hepatitis B, aprobada y certificada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la elaboración de más de 20 nuevos medicamentos para diferentes enfermedades. Otros éxitos resonantes de este centro cubano han sido la inmunización contra el Haemophilus Influenzae, primera vacuna sintética del mundo: la Estreptoquinasa Recombinante contra infartos y un Interferón contra la cirrosis hepática y el cáncer de hígado. Hace tan sólo unos días, el CIGB presentó las vacunas Heberpenta, una pentavalente contra la difteria, tétanos, tos ferina, hepatitis B y haemophilus influenzae tipo B, así como el Citoprob-P, único medicamento en el mundo que acelera la curación de úlceras del pie diabético y reduce el riesgo de amputación de las extremidades.
Estas producciones, junto con otros retos que se ha impuesto para erradicar las enfermedades del Primer Mundo, van a consolidarse, según autoridades cubanas, como el primer renglón exportable no tradicional de la economía de la Isla, lo que aportará a las arcas estatales beneficios.
