Aún así Felipe Pérez Roque, parecía conservar su pujanza pese a la mala suerte de sus compañeros. Aún así Felipe Pérez Roque, parecía conservar su pujanza pese a la mala suerte de sus compañeros. Una nueva demostración de ello se produciría ese mismo año. En noviembre, en un discurso en la Universidad de La Habana, Fidel se refería por primera vez en público a su sucesión. Y nadie continuó con el debate. Hasta que en diciembre, en un discurso ante la Asamblea del Poder Popular, el joven canciller pronunció unas célebres palabras. «Cuando se produzca el hueco que nadie puede llenar, tendremos que llenarlo todos”.
Hace unos meses, Raúl matizó esta afirmación y dijo que «sólo el partido puede suceder a Fidel», la frase coincidía con la recuperación del viejo Secretariado, un órgano de decisión entre congresos, donde ni los talibanes, ni los militares tenían presencia. Y un órgano que, según se dice, no ha tenido protagonismo en estos meses.
El discurso de Felipe en la Asamblea pudo ser su momento cumbre. Otros dicen que el principio de su declive. Se sabe poco, excepto el bajo perfil aparente que ahora mantiene el ministro, que incluso ha sido sustituido en algún acto por su vicecanciller Marcos Rodríguez. Como por ejemplo, según Granma, en la recepción a Kim Yong Nam, el presidente del de la Asamblea de la República Popular Democrática de Corea, donde si estuvieron Raúl y Lage. Felipe estaba en la Asamblea de la ONU, formaba parte de la delegación cubana. Pero ni la encabezaba ni pronunció el discurso. Esos honores le correspondieron a otro de los miembros del directorio provisional. Un hombre fuerte del Partido: Esteban Lazo.
