Raúl Castro dejó bien claro por dónde irán los tiros de la transición que él encabece en el acto de clausura del XIX Congreso de la Central de Trabajadores. Raúl Castro dejó bien claro por dónde irán los tiros de la transición que él encabece en el acto de clausura del XIX Congreso de la Central de Trabajadores. En un discurso breve y nada complaciente con la burocracia y los errores propios, Raúl confirmó la línea del socialimso cubano, en contraposición a la transición que pide Washington que, según él, no es otra cosa que «un vergonzoso retorno a la basura del capitalismo neocolonial que impusieron en este país hasta 1959”. Raúl Castro también atribuyó, en parte, las causas de los males que aquejan a la economía cubana al hecho de que los trabajadores no se sienten dueños de los medios de producción. Como solución, “para estar a la altura de los tiempos que corren”, el jefe del Ejército cubano reclamó, además, a los cuadros políticos separar la burocracia y los formalismos de la actividad sindical, de manera que no haga perder tiempo a la gente. También hizo un llamamiento a criticar siempre cara a cara las actitudes incorrectas.
