El Gobierno cubano ha eliminado algunos trámites burocráticos que afectaban hasta ahora a los ciudadanos cubanos, que mantienen el estatus de residentes en la Isla pero trabajan en el exterior. El Gobierno cubano ha eliminado algunos trámites burocráticos que afectaban hasta ahora a los ciudadanos cubanos, que mantienen el estatus de residentes en la Isla pero trabajan en el exterior. En concreto, la necesidad de contar con una carta de invitación de la Isla como condición previa a la autorización para regresar a ella. La permanencia de la condición de residente es necesaria para no perder los derechos adquiridos sobre las propiedades que se tienen en la mayor de las Antillas.
Para que el estatus continúe, los ciudadanos afectados deben viajar cada 11 meses a Cuba donde deben permanecer 30 días. Si no lo hacen se les considera residentes en el exterior y pierden sus derechos de propiedad.
Hasta ahora para viajar a la Isla se necesitaba una carta de invitación cuyo coste rondaba los 200 euros y después para regresar al país donde se trabaja solicitar un permiso de salida con un coste de 150 euros.
Estos trámites burocráticos resultaban independientes del hecho de que las autoridades de inmigración de la Isla conocieran la realidad de los afectados, cuyas situaciones legales están en regla en los países extranjeros en los que pasan, al menos, 11 meses al año.
