El Gobierno cubano se ha decidido por importar una flota de nuevos autobuses de entre 1.200 a 1.500 unidades que provendrán fundamentalmente de China, pero también de Rusia, Bielorrusia, Alemania e incluso España, como los 50 autobuses de segunda mano adquiridos en Barcelona que, en perfecto estado de revista, funcionan desde hace unos meses en la línea habanera de Alamar. El Gobierno cubano se ha decidido por importar una flota de nuevos autobuses de entre 1.200 a 1.500 unidades que provendrán fundamentalmente de China, pero también de Rusia, Bielorrusia, Alemania e incluso España, como los 50 autobuses de segunda mano adquiridos en Barcelona que, en perfecto estado de revista, funcionan desde hace unos meses en la línea habanera de Alamar.
Los nuevos equipos, en general, llegan con carta de crédito y repuestos asegurados para un año. Una circunstancia que, para algunos expertos, no sería una cobertura real, puesto que consideran más importante incluir en los contratos de compra cláusulas destinadas al mantenimiento de los equipos.
La necesidad de conseguir mayor fluidez en el transporte se relaciona también con otros asuntos de impacto social. El aumento de los actos de vandalismo en los transporte públicos habaneros ha sido abordado por los técnicos de Transporte. Según ellos, el número de acciones antisociales se reduce cuando aumenta la frecuencia de paso de los autobuses.
