Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Raúl Castro retoma las reformas de la década de los 90 impulsadas por Lage

La nueva cara reformista que presenta el Estado cubano, tras las llegada de Raúl Castro al poder, tiene poco de nueva, según diversos analistas que siguen de cerca la situación económica por la que actualmente atraviesa la Isla. La nueva cara reformista que presenta el Estado cubano, tras las llegada de Raúl Castro al poder, tiene poco de nueva, según diversos analistas que siguen de cerca la situación económica por la que actualmente atraviesa la Isla.

Los expertos aseguran que casi todas las reformas que el mandatario de la mayor de las Antillas ha comenzado a introducir ahora, se idearon a finales de la década de los noventa del pasado siglo, cuando Carlos Lage era el responsable económico, casi plenipotenciario, del Gobierno cubano.

Tras el parón en la vida política en el que Lage fue casi condenado al ostracismo, ahora, todos los asuntos cuyo desarrollo fue abortado entonces vuelven a la luz de la Isla. La decisión de La Habana de volver a conceder licencias a los taxis privados es la mejor prueba para sustentar esa teoría.

Los taxis particulares que circulan en la Isla recibieron sus permisos en los años 90 tras la crisis económica, que llevó al Gobierno a dar luz verde a coches privados para aliviar la falta de transporte público.

De hecho, los teletipos de las agencias internacionales en los que se hace referencia a la noticia incluyen la fecha de 1999, justo el momento en que las medidas liberalizadoras que inició el Gobierno de la Isla, forzado por la necesidad de salir del «Período especial», la hecatombe económica que se produjo tras la desaparición de la URSS, fueron detenidas por el grupo de poder que nunca estuvo de acuerdo con la deriva ‘capitalista’ que creían observar en la aplicación del pragmatismo económico más ortodoxo que fue necesario introducir entonces.

La pregunta que algunos observadores se hacen es si ahora se culminará aquel proceso interrumpido y llegarán a buen puerto ideas, otra vez en estudio, como, por ejemplo, la posibilidad de que la inversión internacional privada colabore en la gestión de las infraestructuras tras haber financiado su construcción.

Más información

Scroll al inicio