Según fuentes consultadas por este diario, las autoridades cubanas podrían haberse puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores español para que impulsen la inversión de las constructoras españolas en la Isla. Según fuentes consultadas por este diario, las autoridades cubanas podrían haberse puesto en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores español para que impulsen la inversión de las constructoras españolas en la Isla. Todo parece indicar que si los empresarios participan en la reconstrucción de la mayor de las Antillas a través de obra social, luego serían «mejor vistos» en futuros proyectos residenciales.
Aunque desde el Ministerio aseguran que ellos no actúan de intermediarios, sí han reconocido que existe un interés recíproco en aumentar las inversiones en el sector.
Algunos empresarios del sector hablan incluso de que el Gobierno de Raúl Castro estaría avanzando sobre los sistemas para reconocer la propiedad a las empresas extranjeras en la Isla, una de las principales trabas para las constructoras foráneas en el país caribeño.
También se rumorea con la posibilidad de que las autoridades cubanas estudien una reforma en la Ley de Inversiones Extranjeras para favorecer la entrada de capital. Hasta ahora, las compañías foráneas con proyectos en la Isla debían ceder el 51% de éste a su socio cubano. Parece que esta norma podría cambiar en los próximos meses, para animar a la inversión, de modo que las empresas tengan la mayoría de la gestión de estos proyectos. Eso sí, siempre que Cuba se quede con, al menos, un 31% de las actividades conjuntas.
Desde el Ministerio también niegan que exista un trato de favor con nuestro país, pero que en cualquier caso no resultan extraños este tipo de acercamientos, mucho menos con la complicada situación financiera por la que atraviesa Cuba tras el paso de los huracanes este año, ocasionando pérdidas de 10.000 millones de dólares según cifras oficiales.
Aunque resulte algo frívolo decirlo, lo cierto es que el devastador paso de Gustav, Ike y Paloma también ha abierto la puerta a nuevas oportunidades de inversión para las compañías extranjeras instaladas en la Isla.
