Carlos Saladrigas, copresidente del Cuba Study Group, ha empezado a mover los hilos para demostrar a las autoridades estadounidenses que la apertura del mercado cubano podría ser la mejor medicina contra la crisis que azota a Miami. Carlos Saladrigas, copresidente del Cuba Study Group, ha empezado a mover los hilos para demostrar a las autoridades estadounidenses que la apertura del mercado cubano podría ser la mejor medicina contra la crisis que azota a Miami. Su opinión cuenta, y mucho, entre la población cubano americana, por su tono moderado y la apuesta por el diálogo político con La Habana. Por eso muchos negocios, especialmente las agencias de viaje y las constructoras de Florida, se frotan las manos ante la posibilidad de que Barack Obama levante algunas restricciones a la Isla.
Según el empresario, aunque todavía la voz que más se oye en los medios de comunicación es la del anticastrismo radical, la mayoría de los cubanos en el exilio consideran que el embargo es una política fallida. Numerosos hombres de negocios de Florida saben que el levantamiento de estas prohibiciones podría suponer no sólo una mejora en su caja y en los ingresos, sino además una forma de estimular el empleo.
Algunas compañías esperan incluso recuperar las cifras de 2003, cuando las visitas a Cuba suponían una media de 40.000, frente a las 15.000 que se registran en la actualidad. Este escenario también significaría un impulso para los hoteles, restaurantes y servicios de los aeropuertos, así como para las empresas constructoras, con las que contarían para ampliar las infraestructuras de transporte, tanto en Florida como en la Isla. El Cuba Study Group es una organización que aspira desde su fundación a cambiar las formas y los métodos con que el colectivo de exiliados se ha enfrentado hasta ahora a las cuestiones relacionadas con la Isla.
