Aunque las fuentes consultadas por el prestigioso diario aseguran que «este proceso va a tomar mucho tiempo y puede que no funcione», sí tienen claro que la presión internacional por una nueva política hacia Cuba es «arrolladora», y que el Gobierno «intenta impulsarla en lugar de evitarla». Aunque las fuentes consultadas por el prestigioso diario aseguran que «este proceso va a tomar mucho tiempo y puede que no funcione», sí tienen claro que la presión internacional por una nueva política hacia Cuba es «arrolladora», y que el Gobierno «intenta impulsarla en lugar de evitarla». De este modo, otro funcionario afirmó que Washington no va a interrumpir los esfuerzos que está realizando para mejorar la relación hasta que La Habana se decida a hacer algún movimiento. «No creo que vayamos a pintar una línea roja en la arena para descartar cualquier conversación. Necesitamos empezar manteniendo un diálogo», aseguraron desde Washington al citado diario, en alusión a las palabras de Hillary Clinton sobre que esperan una reacción de La Habana, en especial sobre derechos humanos y presos políticos, para dar más pasos adelante.
A pesar de todo, los observadores internacionales aseguran que la cautela seguirá dominando cualquier tipo de acercamiento. Y una de las poderosas razones para ello es que Obama tiene ante sí una compleja agenda legislativa, en la que el apoyo de la oposición de los republicanos más radicales también contará para su aprobación. Habrá que esperar para conocer cuál será el próximo movimiento, y de qué lado del tablero vendrá. Aunque todo indica que el inicio de estas reuniones podrían ser un claro paso adelante, no es seguro que el Gobierno de Raúl Castro esté dispuesto a poner fin a 50 años de alejamiento con EEUU.
