La batalla entre las petroleras internacionales por hacerse con el oro negro cubano acaba de comenzar. La batalla entre las petroleras internacionales por hacerse con el oro negro cubano acaba de comenzar. Las perforaciones cerca del país caribeño se han convertido en una tentación para las petroleras de EEUU, que buscan nuevas fuentes de energía, y no han cesado en sus intentos de conseguir este objetivo, pese a las restricciones que pesan sobre ellas. Todo parecía indicar que estas compañías no podrían probar bocado de este suculento pastel hasta la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca. Pero ni con esas.
Los castigos no han tardado en llegar y Varel Holdings se ha convertido ya en la cuarta compañía de exportación de tecnología petrolera sancionada por la Administración estadounidense. A los observadores les cuesta cada vez más entender esta política, ya que existen varias compañías extranjeras que trabajan en el sector petrolero cubano usando tecnología y experiencia estadounidense. Y otras han empezado a tomar nota de los problemas de Varel o Platte River, como la rusa Lukoil, que al estar controlada en un 20% por la estadounidense Conoco Phillips, también podría verse perjudicada por la Ley Helms Burton. A pesar de los contratiempos, las petroleras de la primera economía mundial siguen muy de cerca las novedades en el Golfo de México, y todos esperan que Obama dé un giro para facilitar la inversión extranjera en la Isla.
